El Real Betis se lleva los primeros tres puntos de la fase de grupos de la Europa League en un partido muy sufrido y donde remontó un 0-2 inicial tras un horrendo arranque de partido. Miranda y Juanmi en la primera parte y Borja y de nuevo Juanmi en la segunda anotaron los goles para cerrar el partido.
Pese a la victoria, resultado muy engañoso. El Real Betis no fue ni de cerca el equipo que más propuso sobre el verde del Villamarín. Para muestra, un botón. O mejor dicho, la primera media hora de los verdiblancos (hoy de azul) en el partido. El Betis salió dormido, a verlas venir, dubitativo o sorprendido por el ritmo de un Celtic de Glasgow que quería tener la pelota y la tuvo. Y generó mucho peligro. Llegadas por bandas, aprovechando los espacios y mucho más ritmo. En definitiva, si al Betis le quitan la pelota es un equipo con pocos recursos y eso el Celtic lo hizo muy bien.
Y tanto fue el cántaro a la fuente que el Celtic encontró su gol a los trece minutos en una internada por banda de Jota, que sobrepasa a Miranda, la pone en el área y Ajeti remata con algo de fortuna. Con tanta que hasta el árbitro lo anuló por manos, pero el VAR se encargó de demostrar que no había nada punible. El gol no espoleó al Betis, que seguía siendo un muñeco en manos esocesas. De nuevo aprovechando los espacios a la espalda de la defensa, mano a mano con Bravo que sale como puede y derriba al delantero escocés, que hace mucho por tirarse y buscar el contacto, pero el árbitro no se complicó la vida y lo decretó. Juranovic se encargó de transformar la pena máxima.
Pero es que el Celtic tuvo el tercero antes del primer arréon verdiblanco. Jota se queda mano a mano con Bravo algo escorado, intenta la vaselina pero el chileno le lee muy bien las intenciones y evita el tercero y la puntilla. Un minuto después llegaría el gol de Miranda, tras aprovechar un fallo defensivo en un balón muerto tras un rebote y el de Olivares bate a Hart dentro del área. El gol daba ánimos y esperanzas de remontada. Y tanto que los daba, pues en otro fogonazo, Joaquín se inventa un pase maravilloso a espaldas de la defensa, Borja Iglesias se planta en el área y con mucha parsimonia cede el pase de la muerte a Juanmi para empatar el partido. Locura verdiblanca en el Villamarín. De un partido prácticamente perdido a otro nuevo. Desde el empate en el 37′ hasta el descaso hubo un pacto de no agresión entre ambos, sabiéndose vulnerables en defensa y dando por buenas las tablas hasta la segunda parte.
Tras el descanso, mismo guión. El Betis a merced de un Celtic que volvió a proponer mucho más y a incomodar a los verdiblancos. En el 46′ tuvieron la primera los de Glasgow pero el disparo se marchó a las nubes. Y llegó el segundo y definitivo arreón del Betis. Llegada por banda sin demasiado aparente peligro, centro de Canales a baja altura sin oposición y Borja Iglesias que aprovecha la parsimonia defensiva de los centrales para colarse entre ellos y empujarla. El Betis le daba la vuelta al partido casi sin darse cuenta, castigando demasiado la escasa calidad defensiva del un Celtic de Glasgow que puso más sobre el asador. Pólvora vs táctica.
Y llegaría el cuarto. Córner que despeja mal la defensa, Juanmi que se transforma en ratón, se lleva la pelota y la clava girándose y colocándola ajustada al palo. Delirio en el Villamarín. Las cosas del Betis. Del desastres a la majestuosidad en media hora.
Corría el minuto 53′, pero el Celtic no tiró la toalla. El Betis nunca fue dueño del balón, mejoró en defensa con las entradas de Ruibal, Guiso y William Carvalho, pero la parsimonia le pasó factura e hizo peligrar incluso la victoria. Ralston anotó el tercero rematando de cabeza en área pequeña el centro de una falta lateral y le puso sufrimiento al partido. Del 86 al 93 el run run era palpable. La defensa bética no genera confianza suficiente y podía pasar cualquier cosa.
Al final, victoria del Betis que se lleva los primeros tres puntos, las rotaciones salieron bien y ya puede pensar en el siguiente partido, porque ésto no para. El RCD Espanyol llega el próximo domingo al Villamarín.