El Real Betis rubrica un partido sobresaliente ante un Valencia CF que solo estuvo en el partido el tiempo que logró desajustar la intensidad verdiblanca con ese otro futbol que tan bien se le da a Bordalás. Un doblete de Borja Iglesias, un cabezazo de Pezzella y otro de Juanmi dejan al Betis con 21 puntos en la tabla y licencia para soñar el próximo domingo en el Wanda.
A este Betis le sale todo. Sin querer y queriendo. Cuando gana por esa “suerte” que solo tienen los que la buscan se puede ver el sello competitivo de Manuel Pellegrini. Pero cuando es intenso, vertical, atrevido, comprometido, y encima tiene acierto arriba, el equipo es una apisonadora. El Ingeniero ha hecho de este equipo todo lo contrario a lo que tienen los béticos por costumbre, tanto que puede dar hasta vértigo ver la clasificación a esta hora de la noche.
Y hoy contra el Valencia fue un señor partido. El Betis dominó de cabo a rabo y fue capaz de sobreponerse a los fantasmas que recordaban el partido de hace apenas unos días ante el Rayo Vallecano. Los de Pellegrini salieron a mandar y dominar, aunque tuvo que ser de penalti el gol que abriera la lata. Entrada de Alderete sobre Borja Iglesias que el colegiado entiende fuera del área, pero el VAR haciendo su función le muestra que fue dentro. El Panda engañó a Cillessen y no falló. Como ante el Rayo, el Betis no tardaría en ver puerta de nuevo. Disparo desde fuera del área del propio Borja, que con ayuda de un defensa, ajusta el disparo al palo imposible para el meta holandés. Dos a cero y locura en el Villamarín. El Valencia todavía no había salido al campo, y para este que escribe, da pena ver como un equipo campeón y que tan bien ha dignificado el futbol nacional ahora se arrastra de tal manera por el campo.
Pero Bordalás, maestro de la farándula futbolística, se encargó de ensuciar el partido. La única forma que tenía el Valencia de desconcentrar a este Betis era jugar sobre esa delgada línea de la legalidad del reglamento. Y Diaz de Mera lo consintió. Faltitas, polémicas, pérdidas de tiempo… Todo para sacar al Betis del encuentro e igualarlo en el fango. Al colegiado manchego se le fue el partido y acabó concediendo un gol valencianista pese a la falta de Paulista sobre Bravo, que intencionadamente le pone la mano sobre el pecho para evitar que pueda despejar correctamente. El VAR tampoco quiso interpretar nada punible y el partido se fue al descanso después de ocho minutos de añadido.
Tras la reanudación, los fantasmas del partido ante el Rayo sobrevolaban el Villamarín. El Valencia no generaba peligro, pero poco le basta a este Betis para conceder goles – como bien hemos podido ver esta temporada-. Bravo no tenía apenas trabajo, pero la ventaja mínima asustaba demasiado. Hasta que la cabeza imperial de Pezzella limpió las telarañas de la portería de Cillessen. Sensacional remate al bote de un córner y tercero de la noche para tranquilizar el partido. Ese gol fue el jarro de agua fría que terminó de sacar al Valencia de la pelea y tanto fue así que a los siete minutos Juanmi haría el cuarto y definitivo gol.
Y podrá usted pensar que desde ese minuto 68 hasta el final fue un aburrimiento. Pues no. El Betis siguió jugando como si el resultado fuera de cero a cero. Carreras por la banda, robos en mediocampo, lamentos por hacer faltas en la presión. Los minutos pasaban y el Betis no daba señales de apagarse, haciendo imposible cualquier intento valencianista de vovler a la vida, que solo pudo a base de faltas y dureza igualar a veces la intensidad.
El Betis dormirá esta noche en puestos de Champions a la espera de lo que hagan el Atlético de Madrid y la Real Sociedad. Manuel Pellegrini ha vuelto a poner la firma de un sensacional partido que permite soñar, y sobre todo, ir al Wanda el próximo partido con la confianza de tener los deberes hechos, además de ser conscientes de que se puede ganar en casa del campeón.