El Real Betis fue peor que el conjunto colchonero, pero el 3-0 que terminó reflejando el marcador del Wanda Metropolitano no hace justicia a lo que se vio sobre el mojado terreno de juego madrileño. Los pupilos de Manuel Pellegrini, inmersos en una las semanas con mayor carga de trabajo en lo que va de Plan 2.0, tenían la difícil tarea de edificar en positivo en una de las peores superficies del campeonato. En la capital, tanto la cuadrilla de obreros del Ingeniero como el propio Plan del técnico chileno se encontraron con una valla en el camino a asfaltar que impidió completar la faena como los verdiblancos hubieran querido. La derrota ante el Atlético de Madrid, a pesar de merecida e incluso previsible, no deja de ser un frenazo (parcial) en la buena racha de resultados del conjunto bético. Pero es que el «tropiezo» de los verdiblancos ante el ‘Cholo’ Simeone es la prueba (otra más) de que este equipo, ante los «grandes», se desinfla.
La de las grandes noches es, a falta de lo que ocurra en las dos próximas (y duras) jornadas laborales que les esperan a los obreros béticos, la valla en el camino de la excelencia de Manuel Pellegrini. Más allá de que, con el técnico chileno al frente, los verdiblancos todavía no han sido capaces de sacarle una victoria a los equipos que han luchado por el título liguero desde su llegada, la versión mostrada por los peones de las trece barras ante Real Madrid, FC Barcelona, Atlético de Madrid o Sevilla FC, hasta el momento, deja mucho que desear. Y no es que no compitan, sino que compiten menos de lo que el aficionado bético cree que su equipo es capaz de competir. Ni saltarla, ni rodearla, ni romperla, ni tirarla; la valla de los equipos grandes sigue siendo la tarea pendiente del Plan 2.0, porque el Real Betis ha demostrado tener equipo y, sobre todo, mentalidad para sacar adelante los tareas más complicadas. Para eso, y para no tener que «descartar partidos».
Por el planteamiento y, sobre todo, el once, el Ingeniero pareció mandarle un mensaje a sus peones y, quizás, a la parroquia verdiblanca: el partido del Atlético de Madrid es importante, pero no el que más. Sin embargo, no se puede decir que la cuadrilla verdiblanca no se presentara a trabajar. Ni mucho menos. Los pusieron empeño (especialmente en los primeros compases de cada una de las dos mitades), pero no fue suficiente para culminar el encargo del fin de semana. Y si bien es cierto que el cuadro de las trece barras perdió con todo merecimiento, los pupilos del Ingeniero dejaron la sensación, como ya ocurrió en la última derrota ante el Villarreal CF, que incluso con muy poco pudieron llevarse un botín mayor del que merecían. A pesar de que la misma nube que encharcó las infraestructuras verdiblancas se encargó también de nublar, valga la redundancia, la mente de los trabajadores béticos, el Real Betis estuvo metido en el partido pero falló en los momentos clave. Llámese zurdazo de William Carvalho, cabezazo de Willian José o inoportuno gol en propia de Germán Pezzella, pero el Real Betis estuvo.