El Real Betis se vuelve vapuleado y muy tocado de Leverkusen recibiendo la segunda goleada de la temporada. El Bayer Leverkusen le pasó por encima con apenas una marcha más, suficiente para marcarse un 4-0, sentenciar la primera plaza del grupo y complicarle la vida y las sensaciones a los verdiblancos, que llegan al derbi en el peor momento de la temporada.
El futbol es así y lleva mucho tiempo siendo así. Las incomparecencias se pagan, y mucho más en Europa. En la élite, si un equipo no sale con intensidad acaba vapuleado, sea el Bayer Leverkusen, el Atlético de Madrid o el Brenes. El Betis salió temeroso, a verlas venir, completamente acongojado por el miedo y acomplejado. Y lo pagó muy caro. Algunos dirán que excesivo, pero el 4-0 recibido en el Bay Arena es la simple demostración de que, jugando así no se ganan partidos; y que este Betis sigue estando muy verde para las citas exigentes.
Y lo peor de todo es la torpeza. El Bayer 04 salió tremendamente preocupado por no irse del partido y acabar encajando una nueva derrota. Los de Seoane se plantaron en el Bay Arena sumando cinco partidos sin ganar y en plena crisis. El Betis, no es que no fuera capaz de aprovechar esos errores e imprecisiones de los alemanes en los primeros minutos, si no que se dedicó a darle la pelota al rival, dejar que se creciera con la posesión y acabar alimentando su propio miedo. Errores infantiles, fallos en la marca, posesiones que no duraban más de tres pases y muchos muchos minutos sin acercarse por la portería rival. La mejor de las noticias era que el Bayer no lograba traspasar la portería de Rui Silva, incluso Fekir a punto estuvo de adelantar a los verdiblancos con un zarpazo desde fuera del área que Hradecky manda a córner. No fallarían los locales, pues Diaby acierta a rematar de volea un centro de lado a lado del área y colarla dentro ante la pasividad defensiva, que hoy mostró su mejor cara. Nótese la ironía.
Tras el descanso, las entradas de Alex Moreno y Canales le dieron otro aire al equipo, pero a las primeras de cambio una contra fulminante y horriblemente defendida por el Betis acaba con el segundo gol, también de Diaby, disparando desde fuera del área y rebotando en la bota de Víctor Ruíz. Antes, dos posibles penaltis a favor del Betis que ni Taylor ni el VAR quisieron pitar. Y sin repeticiones a esta hora de la noche sigue quedando la duda.
El Bayer se dedicó con ese 2-0 a defenderse con orden e intensidad en su campo y viendo como el Betis aguantaba posesiones cerca del área, pero completamente inertes. Sin tiros a puerta y sin incomodar absolutamente nada. Fekir estrelló una falta directa en el larguero y ese fue el pico máximo del Betis en el partido. A partir de ahí, cada contra del Bayer era medio gol y dos de ellas acabaron dentro. Primero Wirtz en el 86 y luego Amiri en el 90 para ponerle la puntilla al estocado Betis de Pellegrini.
Lo peor de todo fue la tangana en el descuento, protagonizada por las típicas pérdidas de tornillo de Nabil Fekir, que agarró a Demirbay del cuello y la cara y acabó encarándose con dos y tres jugadores más, perdiendo los papeles y provocando su expulsión. Encima de perro, apaleao.
El Betis se plantará en plena crisis y en su peor momento de la temporada en el derbi del próximo domingo. Clave para salir del bache o meterse más en el fango. En clave Europa, la victoria del Celtic en Budapest obliga a ganar al Ferencvaros en el próximo partido y esperar que el Bayer gane al Celtic, para no ir a Glasgow a jugarse la clasificación.
