Tras el polémico arbitraje del colegiado Alejandro Muñiz Ortiz en el Rayo Vallecano – Real Betis, muchos eran los que esperaban el acta del partido para leer las observaciones y motivos del gallego a la hora de explicar, sobre todo la expulsión de Alex Moreno.
Pero lejo de esa jugada, los motivos del colegiado para justificar las tarjetas amarillas a jugadores como Canales y Guardado, o al propio Pellegrini, han creado un peligroso precedente para el futbol, que está derivando en un acoso y derribo contra la liberta de expresión y un excesivo parapeto en favor del comité arbitral.
En el acta, en los motivos de las amonestaciones de los casos anteriores, dice el colegiado: «Hacer observaciones a una decisión mía». Es decir, simple y llanamente, Muñiz Ortiz amonestó a Canales, Guardado y Pellegrini por «hacer una observación a una decisión del colegiado». Una observación, sin gesticulación, sin gritos, sin protestas desmedidas. Y amarilla por ello.
Este es, sin duda, un peligroso precedente para el futbol. Acostumbrados ya a que jugadores y técnicos tengan que medir sus palabras en zona mixta y en declaraciones posteriores para no ser sancionados si critican algún aspecto del arbitraje. Lo peor de todo es que esta situación de nisiquiera poder dialogar con los árbitros sobre sus decisiones, aparte de mostrar un nerviosismo en el comité, solo se cumplirá en los equipos con menos peso. Y es que solo hay que irse al pasado Real Madrid – Valencia CF cuando el colegiado Hernández Hernández no fue capaz de sacar amarilla a Casemiro cuando el brasileño le protestaba de forma muy airada una falta cometida por él mismo. Cabe decir que Casemiro ya tenía tarjeta.
Este nerviosismo dentro del comité arbitral se muestra en la pérdida total de la situación, haciendo caso omiso a las normas y al reglamento, como es el caso de la expulsión de Alex Moreno, en la que se indica claramente que la infracción es, en este caso, de Isi por bajar la cabeza por debajo de la cintura, en una clara y peligrosa acción para con su integridad, como así fue. Ya que Alex Moreno disputa la pelota a una altura normal de un deporte que, como su propio nombre indica, se juega con los pies.
