Si miramos atrás y nos acordamos de lo que teníamos en el césped…de que lo habitual era encajar más de tres goles cada pocos partidos…y lo comparamos con la sensación de bloque compacto y competitivo que lleva teniendo este bendito club desde que Don Manuel Pellegrini dio con la tecla, el resultado es brutal. Tanto que hasta parece otra realidad. Un transatlántico con números de equipo grande que parece que poco a poco pone la velocidad de crucero.
Permíteme, querido lector, que te haya atraído con ese titular tan, ¿cómo llamarlo? Quizá la palabra más concreta sea goloso. Entiendo que al leer el titular y luego el primer párrafo, no entiendas por dónde van los tiros pero para eso estoy aquí, para guiarte por este texto.
El Betis aquel del que hablaba al principio, ese que ojalá no vuelva más y que tantos momentos incómodos nos traía, estaba rodeado por un aura de inestabilidad en todos los sentidos (inestabilidad propia de la época de transición en la que se encontraba la sociedad) que sumado a la trascendencia que tenía el Real Betis por el hecho de ser el Real Betis, lo convertía en un polvorín. Una estrategia de comunicación para mí deficiente en el mayor de los casos y algún que otro profesional que se debería guardar la bufanda para opinar, dieron lugar a la expresión que viene entrecomillada en el título. Nació la «Biriprensa». Y su objetivo era claro, desestabilizar. ¿Cuál era el problema? Que, hasta cierto punto lo conseguían. Y llegaba el día de partido y el ambiente hostil daba hasta para que los entrenadores rivales en rueda de prensa dijeran que saliendo fuerte al principio, el público (siempre una de las bazas del Betis como local) dejaría de ser un problema para ser una ayuda.
Pero, ¿en qué ha cambiado la situación? Quiero decir, los tres o cuatro juntaletras de turno siguen existiendo y siguen exprimiendo lo máximo lo más mínimo que pueden en contra del Betis. ¿Por qué la situación no afecta a la plantilla? ¿Por qué el ambiente del Villamarín es, a mi parecer, el mejor que recuerdo en mis casi 25 años yendo por Heliópolis? Pues porque hoy por hoy, tenemos una plantilla y sobre todo un Cuerpo Técnico que está por encima de todo eso. Profesionales, quizá de la mayor calidad que hayan estado en este estadio y de esa forma, la Biriprensa no hace el daño que hacía antes.
Salvo, eso sí, a los cuatro o cinco también que por cada cosa que dicen ponen el grito en el cielo. En esta ocasión el escenario son las redes sociales. Airean la carroña que estos publican en pro de defender al Betis y…le dan pábulo. Audiencia. Trascendencia. Tres cosas necesarísimas para cualquier medio de comunicación y periodista. Y para ellos la Biriprensa existe y es muy nociva. Quizá, y solamente quizá, porque cuando van mal necesitan de ese ente malvado para poder señalar si alguien le pide una explicación de por qué la situación es como es. De esa manera, no tendrán que señalar para otro lado. Cabeza de turco que se le llama. A estas alturas, está todo inventado.
Musho Betis.
