El pasado fin de semana, además de vivir una victoria de nuestro equipo en el Villamarin frente al Valladolid (2-1), se vivió algo histórico y que probablemente ha pasado desapercibido para muchos.
A lo largo de la semana, tanto el club como la fundación, comentaron a través de sus redes sociales que querían llevar a cabo una acción que no dejaría indiferente a nadie. Se propuso conseguir que el encuentro frente al Valladolid fuese “el partido más inclusivo del mundo”, es decir, contar con público con diversidad funcional en las gradas y que superase el récord establecido en un encuentro disputado en el estadio del Slask Wroclaw (liga polaca) donde asistieron al rededor de las 1.000 personas con discapacidad.
Una vez más el beticismo no falló y se logró superar el récord en casi más de 700 personas, siendo el número final de 1.740 espectadores con diversidad funcional. El crecimiento del Betis a nivel deportivo se está traduciendo en un crecimiento de otras áreas como es la social, siendo uno de los clubes del mundo que más facilidades da tanto durante los partidos como para acceder al propio estadio a personas con diversidad funcional.
Además del récord de aforo, fueron varios los acciones que acompañaron al evento. A lo largo del sábado pudimos ver en los alrededores del estadio como el público disfrutó de exhibiciones de deporte adaptado con los equipos Sitting Volley Sevilla y Sevilla Quad Rugby. También, los jugadores saltaron al campo acompañados de chicos y chicas con diversidad funcional, en las camisetas de los futbolistas lucían dorsales en braille y muchos aficiones accedieron al Benito Villamarín con sus perros guía.
A su vez, vimos como durante el himno, en el videomarcador aparecía una persona
siguiendo el himno en lenguaje de signos y como los jugadores mientras que calentaban durante el partido, vestían petos con símbolo en color para las personas con daltonismo.
Por último me gustaría destacar algo que ya se venía haciendo en estas temporadas atrás y es que pudimos ver también como en la “fanzone” se podían recoger kits para niños con autismo para que pudieran disfrutar adecuadamente del partido o solicitar ayuda de voluntarios encargados de acompañar a los espectadores a su asiento.
En definitiva, me alegra mucho que el club sea un referente en cuanto a inclusión se refiere y acerque el Betis a personas con más dificultades, al fin y al cabo, “incluir” no es dejar entrar sino dar la bienvenida.