El Real Betis vuelve a ganar a base de intensidad, pegada y algo de sufrimiento ante un Espanyol que entregó la cuchara pronto e hizo poco para merecer algo. Ayoze, Miranda y Carvalho firmaron los goles.
Inicio del partido con mucha igualdad en ambos equipos. El Betis quería la pelota pero el RCD Espanyol estaba cómodo defendiendo en medio campo y presionando con algo de intensidad. Ninguno de los dos equipos controlaba al rival, pero las ocasiones más peligrosas llegaron del lado verdiblanco. Primero en un disparo de William Carvalho al que Pacheco responde con la manopla abajo, y después un trayazo de Guido que se marchó desviado por poco.
Al Betis le entraron las dudas por culpa de la poca intensidad en la recuperación. La pelota le duraba poco y el Espanyol buscaba con rapidez el área de Rui Silva. Sensación de peligro en córners a favor del equipo perico, que con apenas inquietar al meta portugués pero sí a la defensa bética logró desconectar al Betis del partido, y las ausencias de un jugador de orden y juego en el centro del campo se echaba de menos demasiado.
Pero cuando el Betis se deja de marear la perdiz y busca con verdadera intención, pasan cosas. Aires de samba por la banda, Luiz Henrique recorta y la pone con la zurda, con la pierna en la que menos confía. Lo hizo esta vez, y el balón raso encontró el disparo de Ayoze en el segundo palo para abrir la lata y hacer el primero. Pero este Betis volvió a entender el concepto anterior, y tras un soberbio pase de Carvalho a Ayoze rompiendo la línea, el canario cede a Miranda para que fusile a Pacheco con la zurda y doblar la ventaja. Podrían haber sido más si Luiz Henrique acierta en la complicada vaselina ante el meta visitante, pero su intención se quedó en eso.
El 2-0 al descanso reflejaba un partido en el que el Betis encontró premio en las pocas ocasiones en las que buscó el area rival. Donde es más sencillo que ocurran cosas a tu favor si las buscas, y no si las esperas sin más.
Pero el Betis se la prometía demasiado feliz al salir tras el descanso, pues quizás confiado en la improbable reacción del Espanyol, los pericos se encontraron con un gol al bote de un córner que lo metió en el partido. La pasividad defensiva permitió a Montes rematar medio de chilena para colocarla mansa dentro de la portería ante la estatua de Rui Silva, que no se lo esperaba.
Al Betis le entró en canguele y el Espanyol olió miedo. Sufrimiento en dosis altas en un Villamarín que se esperaba lo peor. El Betis no era capaz de tener la pelota y el Espanyol no se lo pensaba a la hora de colgar balones al área de una defensa verdiblanca que achicaba agua como podía. Rui Silva sacó la mano para evitar el empate en un certero cabezazo de Joselu, y otro de Cabrera se marchaba rozando el larguero en el enésimo córner del Espanyol en pocos minutos.
Además, al Betis le costó entender que el partido precisaba de otro ritmo, de posesiones más largas que adormecieran a su rival. Pellegrini dio entrada a Rodri por un Borja Iglesias muy lejos de la acción, y dio resultado. El de Talayuela le dió sentido al juego del Betis con la pelota y en seis minutos ya le había dado a William Carvalho la asistencia del tercero. El portugués la recogió dentro del area y batió a Pacheco con un disparo colocado al palo largo.
El tercero fue bálsamo suficiente y el partido terminó antes de tiempo. El Betis controlaba el juego y en partido se convirtió en un rondo eterno donde los jugadores del Espanyol solo podían correr detrás del gustoso y continuo juego de pases de un Betis que disfrutó. Incluso el cuarto pudo haber llegado en sendas jugadas de Ayoze y Luiz Henrique, pero en la primera el disparo se marchó fuera y en el segundo fue a las manos de Pacheco.
También daría tiempo a las sendas ovaciones a Carvalho y Guardado, para dar entrada a Joaquín y Paul. También entraría Willian José, pero su aportación fue anecdótica.
El partido terminaría con un gol anulado al Espanyol por fuera de juego, pues tras los últimos cambios la relajación bética fue general y se dejaron por banda derecha el hueco para la subida de Pedrosa y el remate de Braithwite, pero en posición adelantada.
El Betis recupera la senda de la victoria y vuelve a sonreir para volver a la quinta plaza y depender de sí mismo para estar en Champions la próxima temporada. Solo quedan nueve jornadas.
