Claudio Bravo (8). El arquero chileno fue el único fichaje al que Pellegrini alineó de inicio en Mendizorroza. Y aunque no pueda considerarse una sorpresa con alguien de su trayectoria, su actuación refrendó que el Betis ha encontrado la solución a uno de sus mayores problemas de la pasada temporada: la portería. El ex del City, si dejamos de lado la fecha de nacimiento del DNI, mejora en todo a Joel: posicionamiento, juego de pies, fiabilidad, coordinación de la línea defensiva… Un acierto.
Emerson (6). Buen partido del lateral brasileño, al que, no obstante, le faltó algo de atino en los metros finales. Le metió profundidad al equipo por su banda y estuvo mucho más protegido en defensa gracias al trabajo del doble pivote. Se le ve muy bien físicamente.
Bartra (6). Sin ser ni mucho menos su mejor partido, el central catalán recuperó la seriedad defensiva que tanto se extrañó en su última etapa como verdiblanco. Aseado en la salida y sobrio en el corte. Debe ir a más de la mano de Pellegrini.
Mandi (7). Posiblemente, el mayor beneficiado por la llegada del chileno y, por ende, el cambio de sistema, al verse más auxiliado por los componentes del doble pivote. Es cierto que el Alavés no planteó un reto imposible, pero parece que el franco-argelino ha vuelto para quedarse.
Álex Moreno (3). De largo, el más desacertado de toda la línea defensiva. Sufrió mucho ante las embestidas de su par y estuvo perdidísimo en ataque. Mandó un balón a las nubes en los mejores minutos del equipo en la segunda parte. La mayor urgencia en este mercado es traer otro lateral izquierdo.
Guido Rodríguez (7). Si no fue el mejor jugador de campo, al menos sí el que mayor consistencia mostró sobre el verde. El argentino tiene garra y condiciones de sobra para ser el eje sobre el que se vertebre el equilibrio del nuevo sistema. Juega como si la vida de su familia dependiera del resultado del partido.
William Carvalho (5). Jugó de titular ante la baja por molestias de Andrés Guardado. No estuvo mal, pero tiene que acostumbrarse a la compañía de Guido Rodríguez y, sobre todo, dar un paso adelante a nivel creativo. En Mendizorroza, se conformó con ayudar en defensa y no cometer errores en el pase. Está bien de momento, pero debe seguir creciendo.
Canales (6). Se le vio algo perdido en diferentes tramos del partido, especialmente al inicio, e incluso alejado de las zonas en las que puede desarrollar su mejor fútbol. Aun así, trabajó como el que más y dejó detalles de su talento. Reventó el larguero de Pacheco con un libre directo que a punto estuvo de convertirse en el 0-1.
Fekir (6). De más a menos. Empezó activo, pero poco a poco fue diluyéndose entre el sistema defensivo del Alavés. En parte, porque físicamente aún no está al 100%. Como Bartra o William Carvalho, debe crecer con la llegada de Pellegrini al banquillo.
Joaquín (4). Dejó un par de destellos técnicos en el comienzo del partido, pero después de eso, evidenció que no atraviesa un buen momento de forma. Y claro, dada su edad, queda la duda de si es una mera convalecencia de la lesión o el comienzo de su última temporada.
Borja Iglesias (0). Da igual que haya un cambio de temporada, de entrenador, de sistema o de medio en el que este humilde cronista escriba sus valoraciones. Borja Iglesias es el mismo, con todo lo malo que eso conlleva. Sus valedores repiten las excusas de siempre: “No le llegan balones”, “No tiene suerte”, “Sólo le falta coger la forma”. Bobadas. El gallego, a día de hoy, no tiene actitud, ni acierto. Todo mal en Mendizorroza.
Aitor Ruibal (5). Fue el primer cambio de los de Pellegrini y, si bien el partido había entrado en una fase un tanto somnolienta y sin ritmo, el catalán le puso ganas y lo intentó por su banda.
Tello (7). Uno de los mayores desafíos del preparador chileno es recuperar las mejores versiones de futbolistas que, al menos con Rubi, no rindieron cómo se esperaba. Y Tello es uno de ellos. Entró a unos diez minutos del final y dio la victoria a los verdiblancos con un golazo de crack. Ojalá sea el punto de inflexión que necesita su carrera.
Láinez (6). En teoría, entró sin tiempo para nada. Y decimos “en teoría”, porque en tres minutos generó más fútbol en zonas de influencia que otros compañeros -más activos en redes sociales- en todo el partido. Merece más oportunidades.