El Real Betis consuma un nuevo ridículo, esta vez en casa del colista, y cae sin ideas y sin juego y excesivamente castigado por la efectividad del Valencia CF.
Hace no mucho había que aguantar al CEO del Real Betis, Ramón Alarcón, diciendo que había plantilla de sobra para competir los objetivos. Que la política de fichajes en el mercado invernal iba a ser austera por la nula necesidad de acometer fichajes. Si alguien encuentra la cara de dicha persona por el palco de Mestalla es porque se le habrá debido caer por pura vergüenza.
El Real Betis ha vuelto a mostrar su peor cara. Y las lesiones no pueden seguir sirviendo de excusa. Está claro que con Johnny Cardoso o Isco sobre el campo el partido probablemente habría sido muy diferente, pero la escasa calidad del equipo en posiciones clave donde hay jugadores que para hacer un buen partido necesitan de quince intentos demuestra que la gestión y la planificación es muy mejorable, por mucho que se empeñen en decir lo contrario.
Hoy el Betis, cierto es, se vio excesivamente castigado por un Valencia CF que se encontró con tres goles entre los minutos 50 y 56. Tres goles que vienen en parte por lo blanda que es la defensa verdiblanca y por el tremendo agujero del mediocentro. Agujero que ya estaba el 31 de agosto. No es nada nuevo. Tres goles en apenas seis minutos que mataron el partido y toda esperanza de victoria, después de que Aitor Ruibal de falta directa, aunque ayudado por Hugo Duro, pusiera el empate en la primera parte después del tempranero tanto de Tárrega, que adelantó a los suyos en el minuto 8.
Este Betis no da para mucho más. Trabaja muy bien la presión, tiene intensidad en ataque, genera peligro y recupera rápido la pelota. Pero le falta esa maldad que te da la experiencia y la seguridad. La calma de saber qué decisión tomar cuando recuperas en campo rival. Y eso jugadores como Abde, Iker Losada o Vitor Roque están muy lejos de conseguirlo por muchas ganas que le pongan.
El Betis sigue abonado a un cara o cruz en cada partido. A veces sale bien y otras mal. Pero por puro azar más que por merecimiento o demérito. Hoy seguramente tampoco hiciera demasiado para perder y el marcador muestra un resultado muy engañoso para lo que ambos equipos hicieron sobre el campo, aunque es cierto que si encajas tres goles en seis minutos hay que ser demasiado valiente o ingenuo para decir que no has jugado mal.
Ridículo del Betis, uno más, para empezar un tramo de la temporada con partidos ante rivales de la zona alta y donde se decidirá la Conference League. Mal asunto para un equipo tan corto.