El Real Betis cae derrotado ante la Real Sociedad en un partido donde fue incapaz de sobreponerse al autogol y al penalti en contra que decantó en favor de los locales en la primera parte.
A las derrotas en Valencia y la República Checa hay que sumarle una más para completar el deshonroso trío de esta semana. El Betis en el Reale Arena de San Sebastián también cayó derrotado en uno de los partidos ridículos, absurdos y que te hacen plantearte realmente si el fútbol merece la pena. Pocos béticos tendrían la esperanza de que su equipo después de semenjantes mítines citados anteriormente hiciera algo medianamente competitivo en San Sebastián. Y la verdad es que pocos se equivocaron.
Pellegrini fue valiente al darle la titularidad a los canteranos Guirao y Jesús Rodríguez, pero ambos demostraron ser de lo único salvable del partido. Jesús Rodríguez tiró de ganas, desparpajo, finta y sprint para dar cierto aire al equipo en los pocos momentos en los que podía controlar y encarar, pero hasta la fecha en el fútbol no se puede jugar solo.
En lo que viene siendo el partido, el Betis encajó sendos goles por culpa de esa mala suerte que siempre suele merodear como buitre al medio muerto. Un centro sin aparente peligro de Oyarzabal se lo acaba colando en propia puerta Diego Llorente, a quién le han quitado a Natan de al lado y parece otro. Y luego, un penaltito de esos que dijeron no volverían a pitarse (y que efectivamente al Betis no le han pitado) pero hoy si quiso la Divina Providencia del VAR entrar para decretar el leve contacto de Perraud sobre Oyarzabal, quién se encargó de lanzarlo y marcar como también viene siendo habitual con Rui Silva bajo los palos.
El resto del partido fue un quiero y no puedo protagonizado por jugadores como Vitor Roque, Abde, Lo Celso, Bakambu, el Chimy Ávila… Nada de nada.
El Betis consuma su tercera derrota consecutiva y tendrá que mejorar mucho si no quiere, no evitar una derrota en próximo sábado ante el FC Barcelona, si no el miércoles ante el Sant Andreu en Copa.