Dice el refrán popular que hay tres jueves en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christis y el día de la Ascensión. Ante la ausencia este fátidico año de los dos primeros, el de hoy puede considerarse el día de la ascensión, de la recuperación, del regreso del fútbol, de la vuelta de la competición. Del día del Betis.
Vuelve el deporte rey a España y de que manera, con el mejor partido posible en La Liga aunque nos metan hasta en la sopa el cada vez más insulso Clásico. Para clásico el de la ciudad de Sevilla, que saca a pasear sus colores, se olvidan los lazos familiares y amorosos por 90 minutos y nunca se sabe si gana más el que gana o pierde más el que pierde. La cuestión es que, todavía en plena crisis del Covid19, el fútbol ayuda y mucho para pasar mejor las penas. Pan y circo decían los romanos, y en la Sevilla más romana lo sabemos muy bien. El pan para mojar y el circo con el balón en los pies.
Emociones aparte, no deja de haber tres puntos en juego que significarán algo más, sobre todo en el aspecto anímico de uno u otro equipo de cara a afrontar esta carrera de fondo con meta en el final de la temporada. Rubi sabe que de no ganar esta noche habría que decir adiós a la remota posibilidad de entrar en Europa, pero en caso de ganar… cuidado. Que la temporada del Real Betis estaba siendo hasta la fecha un desastre es de todos sabido, pero en esta especie de verano emocional que ha vivido el fútbol, el bético vuelve a demostrar ese mal endémico de olvidar muy rápido. Poco o nada ha demostrado el Betis desde septiembre a marzo y seguramente poco vaya a demostrar entre junio y julio. Aun así, el optimismo ha subido algo en la escala de medida después de la victoria ante el Real Madrid, último partido oficial que se disputara antes de todo esto. Pese a que el Betis compitiera ese día, no podemos obviar que venía de encadenar ocho jornadas sin ganar y caer en Copa del Rey de manera lamentable ante el Rayo Vallecano. Cuidado que hay mucho en juego esta noche.
Para ello, Rubi se ha llevado a todos sus jugadores disponibles aprovechando que La Liga permitirá tener a todos en el banquillo. La prisas para volver a la competición han traído de la mano estas medidas para ayudar a los clubes y que el estado físico resentido de los jugadores sea menos. Igual que con la medida de los cinco cambios. Sin Juanmi y Javi García, aun tocados, el técnico catalán cuenta con todos sus efectivos, aunque aventurarse a preveer como estarán es algo que solo sabe Rubi. Una incógnita enorme será saber como será el partido: si será el típico de pretemporada, si podrán los nervios o los miedos a perder, si habrá muchos goles o en cambio las delanteras estarán frías. Incluso como afectará el no haber público en las gradas.
Por su parte, el Sevilla FC de Lopetegui llega con las mismas dudas e incógnitas que irán pasando por escena conforme esta primera jornada postconfinamiento se vaya sucediendo a lo largo del fin de semana. Con la duda hasta última hora de Ocampos, máximo goleador de los de Nervión, el Sevilla ha mostrado signos de nerviosismo durante todos los días previos, con declaraciones de unos y otros, incluso en la polémica por los cuatro jugadores que se saltaron las normas de la desescalada. Y es que los rojiblancos no llegaban a la cita de marzo en un buen momento: dos victorias en los últimos ocho partidos oficiales, eliminando al Cluj en Europa League solo por el valor doble de los goles y con derrotas sonadas como ante el Celta en Balaidos. Asentados en la tercera plaza de La Liga, eso sí, pero con mucha competencia por detrás: Getafe, Real Sociedad o Atleti.
A las 22h de la noche volverá a rodar el balón. En Sevilla, en el Sánchez Pizjuán, con el Betis de por medio y ante la mirada de todo el panorama mundial y nacional. Como dijo Rubi en la previa, «el marcador se recordará para siempre por lo atípico del partido», pero aun así, son tres puntos que al Betis no le vendrían nada mal. Y encima en un derbi.
