“El día que Rubén Cornejo me rompió el ordenador”. Así podría titularse esta entrevista. Y es que, a falta de una hora para hablar con el capitán del Real Betis Futsal, el portátil decidió prepararse para una “reparación automática”. Son las cosas de la nueva normalidad. Por suerte, Rubén no solo se ha adaptado a Primera División, sino a la forma en la que hoy en día se conceden las entrevistas. Esta vez fuimos nosotros quienes disparamos –las preguntas, claro– y Rubén, más acostumbrado a hacer goles, el encargado de “parar”. La carrera de Rubén Cornejo tiene ya varios capítulos, pero el ‘15’ de los verdiblancos nos recibió perfectamente conjuntado para la ocasión. Con el disco duro al borde del colapso, era el momento de hablar de la historia que ha escrito (y sigue escribiendo) con el escudo de las trece barras.
Fichas por el Betis Futsal en invierno de la 2016/2017 con el equipo en Segunda División. ¿Por qué eliges el Betis?
Estando en Italia me llegaron varias ofertas de Primera División, pero en el momento en el que te llega una oferta del Betis sabes que es algo especial, una oferta que tienes que aceptar sí o sí. Se quería llegar a Primera, pero todavía se veía algo lejos. Me motivaba mucho la ambición que me plasmaron en el proyecto. Así que, decidí apostar por el club porque creía que iba a salir bien, y aunque ha tardado más de lo que esperábamos, ahora puedo decir que ha sido una de las decisiones más acertadas de mi vida.
En tu primera temporada, el equipo termina noveno. ¿Cómo recuerdas los primeros días tanto en el club como en la ciudad de Sevilla?
La llegada a Sevilla fue increíble. Desde el primer día todo el mundo me trató súper bien y me sentí como en casa. Era difícil entrar en play-off porque no se consiguió hacer una buena primera vuelta. Además, hubo muchos cambios en el club. Así que, intenté dar un cambio, motivar a mis compañeros y aportar mi puntito de experiencia y competitividad.
En la segunda, se consigue la séptima posición y la clasificación para el play-off de ascenso. Pero se pierden los dos partidos contra UMA Antequera. ¿Fue una doble derrota dura o entraba dentro del guión?
Es cierto que esa temporada fue un poco irregular. Empezamos muy bien pero después hubo una serie de partidos que empatamos y no conseguimos sacarlos adelante. Lesiones, cambios de entrenador… Al final, conseguimos lo que todos esperábamos, entrar en play-off. De hecho, tuvimos que ganar a Burela fuera de casa para seguir optando al play-off. Así que, fueron momentos en los que te veías siempre el agua al cuello.
Entramos al play-off cuando prácticamente nadie se lo esperaba y llegamos en un momento de forma muy bueno. De hecho, ganamos las semifinales contra Burela (2-0), un equipo más hecho que nosotros, que había quedado segundo y que tenía todas las papeletas de subir a Primera. Ganamos en casa y fuera de casa. Allí nos empataron a falta de ocho segundos, fuimos a la prórroga y la sacamos espectacular. Competimos increíble.
Pero jugamos la final contra UMA Antequera e hicimos todo lo contrario. No tuvimos opciones en ningún momento, en casa se nos pusieron por delante muy rápido con un resultado muy en contra… Allí también lo intentamos al principio, pero fue imposible. Un 2-0 lo dice prácticamente todo. Hicimos una semifinal muy buena y una final donde no tuvimos opciones en ningún momento.
Así que, con mucha tristeza porque teníamos mucha ilusión, veíamos el objetivo muy cerca y, al final, nos quedamos con la miel en los labios. Imagínate. Hasta que llega otra vez la pretemporada y te pones otra vez a trabajar, pasas un verano dándole vueltas y pensando que lo tenías en la mesa. No quedaba otra que seguir trabajando.
Quizá la siguiente temporada fue todavía más dura. El equipo pierde por un punto la primera plaza y se juega el play-off contra un Córdoba que hizo una temporada irregular. El primer partido se gana en Córdoba y el segundo, con un San Pablo abarrotado, se pierde. En tercer ‘match’ se llega a los penaltis. Tiras el primero y lo fallas. El equipo queda eliminado y se queda otro año en Segunda División. Suena duro, ¿eh?
Así es. Fue durísimo. Muy, muy duro. El deporte es así de bonito y, a veces, cruel. Hicimos una temporada increíble. De hecho, con los puntos que conseguimos, habríamos subido como primeros en ocho de las últimas nueve temporadas. Pero te encuentras con un Pescados Rubén Burela que, hasta el momento en el que consigue el ascenso directo, pierde un único partido.
Así que, en nuestra mejor temporada, nos toca jugar un play-off frente al Córdoba, un equipo al que respetamos muchísimo, y al que, en liga regular, le sacamos quince o veinte puntos. Una barbaridad. Pero esto es fútbol sala. Al final, son estados de ánimo y al play-off tienes que llegar muy enchufado anímicamente y físicamente, y no importa nada de lo que hayas conseguido antes.
Ganamos en su casa, ante un pabellón repleto, que es lo más difícil que puede haber. Sufriendo muchísimo. Y nos tocan dos partidos en casa que, a priori, nos favorecían. No habíamos perdido en toda la temporada en casa, ¿vas a perder dos partidos seguidos? Pues toma. El deporte es así de cruel. Por eso es tan bonito.
Con un San Pablo lleno, con todo a nuestro favor, y se volvió en contra. Perdemos el primer partido en casa (1-1) y nos toca un tercero. Creo que hicimos méritos suficientes para ganar y parecía que la pelota no quería entrar. Conseguimos marcar el primero y nos meten un gol de portero-jugador. Seguimos intentándolo, no entró y llegamos a los penaltis.
Y sí, me tocó a mí. Pero yo estaba totalmente convencido y con la confianza y seguridad necesaria como para tirarlo. De hecho, fui yo el que les dije que era el primero en tirarlo. Si alguien tenía que tomar la responsabilidad de tirar un penalti, en esos momentos, era yo. Y me tocó fallarlo. Fue un palo muy duro. Y no solo por mí, sino porque pienso en el esfuerzo que hizo todo el mundo. Me dio la sensación de que fallaba a mucha gente. Tu familia sufre… Se me vino el pabellón encima. Fueron momentos durísimos.
Eso sí, sentí el apoyo de todos mis compañeros, del club, de mi familia y amigos… Eso me ayudó a estar fuerte. No quedaba otra que seguir luchando. En el momento en el que fallé, a los dos días estaba entrenando y mentalizándome de que tenía que llegar más fuerte que nunca. Gracias a Dios, hoy en día, se ha cumplido el objetivo que tanto esperábamos.
Temporada 2019/2020. Llega Juanito y Daniel Ibañes se convierte en el Director Deportivo. ¿Última oportunidad para consolidar el proyecto?
La verdad que no teníamos otro objetivo. Habíamos pasado de objetivo, de entrar en play-off, pero había que subir. De jugar semifinales y finales de play-off, pero el año pasado desde el primer momento el discurso era de subir e intentar que fuera como primeros. Es verdad que se mantuvo la mayor parte del equipo y todos teníamos esa espina clavada.
Además, Juanito venía con las ganas, ilusión y mentalización de que teníamos que subir y así se planteó desde el primer día de pretemporada. Sabíamos que era nuestra última oportunidad y teníamos que aprovecharla sí o sí.
El equipo fue muy regular durante toda la temporada. Pero cuando se consigue la primera posición, llega el coronavirus. ¿Llegaste a pensar «otra vez no»?
¡Buah! Además de verdad. Era una temporada que estaba siendo impecable y saliendo todo como esperábamos. Es verdad que estábamos muy fuertes en casa pero que fuera de casa, en fútbol sala hoy en día, es muy difícil ganar y todo el mundo te cuesta. Además, contra nosotros jugaban el partido de su vida, como si fuera una final. Pero bueno, los íbamos sacando. Cuando nosotros fallábamos, también fallaban los de abajo. Llegó un momento en el que ya teníamos un colchón de cinco puntos con el segundo y siete con el tercero y el cuarto. En Copa del Rey habíamos competido contra equipos de Primera y nos habíamos plantado en una Final Four. Todo iba rodado, todo bonito.
Veníamos de tener un parón de la Copa y nos quedaban siete partidos. En esos dos o tres entrenamientos que hicimos antes del confinamiento se veía en el equipo, en los entrenamientos, que quedaba lo más bonito e íbamos a por ello. Pero desafortunadamente pasa esta pandemia que nadie esperaba. De estar entrenando un miércoles o un jueves nos vamos para casa y el viernes nos dicen que estamos confinados. Ves que se para todo y dices “hostia, es que no puede ser, todo lo que hemos pasado y que nos toque ahora vivir esto”.
Y ya visteis todas las suposiciones que salían. Que se paraba la competición, que se quedaba así y el año que viene se jugaba otra vez lo mismo; que había un play-off, que se jugaban los siete partidos, que no se jugaban… Era una incertidumbre y unos días complicados. A todo esto, nosotros entrenamos por Zoom todos los días con una incertidumbre grandísima durante un mes y medio.
Y la verdad es que sí, que lo pensé, que pensé “no puede ser que vaya la temporada rodada y que ahora que supuestamente vamos a conseguir lo que tanto nos ha costado que pase esto”. Al final, gracias a Dios, y dentro de lo malo que hemos pasado y de lo que estamos pasando aún, hicieron lo más coherente: si en Segunda División había un primer clasificado y había jugado casi el 70% de la competición, lo más lógico es que el primero subiera por méritos propios. Yo creo que nos lo ganamos en la pista y estamos donde nos merecemos.
¿Cómo vivisteis el confinamiento?
Entrenamos todos los días por Zoom, todo el equipo haciendo vídeos. Nosotros nos estábamos preparando para que en cualquier momento nos dijeran que se competía y se jugaban esos siete partidos. Tenías que estar preparado porque eso todo iba a depender del que llegara mejor de forma, mejor de mentalidad y mejor de ánimo. Es verdad que como salían tantas noticias y tantas posibilidades, al final cuando va pasando el tiempo te va minando más, creando incertidumbre y cada vez lo ves todo más oscuro.
Cada vez lo ves más difícil. Pero nosotros nos estábamos preparando para ello, para cuando nos dijeran que se podía jugar. Es verdad que cada vez la cosa iba a peor y que jugar no se iba a jugar a no ser que hubiera un play-off. Nos decían que si hubiera un play-off, en Segunda se iba a respetar el primer clasificado, pero hasta que no te lo confirman… Fueron momentos duros, de incertidumbre.
¿Y cómo entrenabais?
Al final, ejercicios con porterías pequeñas o balón no puedes hacer. Entonces, los entrenamientos iban enfocados a no perder la forma física. Los preparadores físicos se adaptaron a la situación y realizamos entrenos de fuerza para mantener la forma y, en el momento que tuviéramos que llegar a competir, estar lo mejor posible.
Juanito intentaba hacer cosas por vídeo para seguir manteniendo la estrategia. Intentar mantener todas las cosas que teníamos y refrescarlas por si llegaba la hora de competir, pero evidentemente con balón no podíamos hacer nada. Estaba todo enfocado en mantener la forma lo máximo posible.
Finalmente, se decide que el Betis sube a Primera División. ¿Dónde recibiste la noticia? ¿Se llegó a celebrar?
Eran momentos en los que decían “hoy va a salir y os van a dar como que estáis en Primera”. Eso fue un martes y al final no salió ninguna noticia. Tuvimos que esperar al viernes, y tampoco. Pero por fin llegó la noticia. Estábamos todos en contacto, nos lo comunicaron y cada uno estábamos en nuestras casa, pero sí se celebró.
No fue la celebración que esperábamos, ya que todos queríamos celebrarlo en el campo, con nuestra afición, con nuestras familias, celebrarlo por todo lo alto, pero no quedaba otra que celebrarlo en casa. Había que celebrarlo y te digo yo que dentro de las posibilidades de cómo se puede celebrar en casa, lo hicimos a lo grande. Por Zoom, todos juntos celebrándolo como se podía y de la manera que se podía.
Fue una alegría muy grande, aunque te queda una tristeza también grande por no poder celebrarlo como se merece, con la afición, en el campo, con tu gente, con tu familia. Tocó vivirlo así pero sí que lo celebramos, a nuestra manera y cómo se podía, pero lo celebramos.
Llegan fichajes de muchísima calidad (Sarmiento, Bocao, Chaguinha…) y tú renuevas con el equipo hasta 2023. Después de todo, un sueño hecho realidad, ¿no?
Totalmente. Te dicen que has subido pero también por cómo estamos ahora, con el tema de la pandemia, teníamos que ver cuándo empezábamos la competición. El primer día que nos vimos, teníamos muchas ganas. Fue a últimos de julio, sabiendo que a lo mejor la competición no empezaba hasta mitad de septiembre y que no sabíamos si se iba a empezar o no.
Todos teníamos muchas ganas y, cuando nos vimos en el pabellón, ahí sí que tienes la sensación de empezar la temporada que todos esperábamos, el sueño que todos teníamos, de vernos en Primera División. Fue algo bonito, sobre todo después de tanto tiempo sin vernos, sin poder competir ni entrenar, y ya solo con vernos en la pista fue un momento de alegría.
Tras una pretemporada atípica, se suspende el primer partido oficial contra Córdoba y el debut es, nada más y nada menos, que contra Inter Movistar. ¿Cómo lo viviste?
Pues sí. Tenemos suerte de estar en el club que estamos, en el que se cumplen unos protocolos y se hacen pruebas todas las semanas para detectar casos lo antes posible, para evitar contagios del equipo y familiares. Pero como se hacen tantas pruebas y lo cumplen tan a rajatabla, tuvimos la mala suerte de que salieron algunos casos. Empezamos muy temprano para adaptarnos y cuando íbamos a empezar lo fuerte, tocó un parón, 15 días confinados y otra vez nos vemos todos en casa entrenando.
Volvemos a entrenar, otra vez casos, no nos da pie a jugar ningún amistoso, no podemos jugar contra Córdoba y solo habíamos podido jugar un amistoso en Valdepeñas. Luego, jugamos la Copa Andalucía, un partido nada más, y se notaba que no estábamos rodados porque habíamos tenido que parar. Una pretemporada super atípica y al final, al no poder jugar contra Córdoba, nos plantamos con que el primer partido de liga iba a ser contra el Inter en su casa.
Si te digo la verdad, cuando te ves en el pabellón después de todos los inconvenientes y todo lo que hemos pasado, para mí ya era una victoria. El ver que por fin podíamos competir y jugar el primer partido de liga en Primera. Ahí echamos todo lo que pudimos, el equipo dio todo, pero yo creo que nos faltaba rodaje. Inter llegó muy bien y así se vio. Tuvimos 17 minutos muy competidos pero luego nos faltó gasolina y se reflejó en el resultado. No nos sirven las excusas, sabíamos que había sido una pretemporada dura, atípica, pero nos ha tocado vivirlo y nos tenemos que adaptar y trabajar para coger el ritmo cuanto antes.
Segundo partido. Contra Fútbol Emotion Zaragoza. El equipo empieza ganando 0-2 pero quizá paga la inexperiencia en Primera División y acaba perdiendo por 4 goles a 3. ¿Es de esos partidos en los que te vas jodido a casa?
Lo vimos y lo hablamos el cuerpo técnico y los propios jugadores. Al final se tiene que pagar un peaje de Segunda a Primera, porque el cambio es muy grande. Aunque hay muchos jugadores que si hemos jugado en Primera División, venimos de competir en Segunda. Yo creo que hay veces que aún tenemos la mentalidad de Segunda, de que teníamos que ganar todos los partidos, de ir a ganar siempre, y al final en Primera hay equipos más importantes, tienes que llevar los partidos de otra manera, tienes que estar mucho más concentrado, no se permiten los errores.
Es verdad que contra Inter lo pagamos un poco, a Zaragoza fuimos con otra mentalidad y empezamos muy bien, pero igual. Despistes en estrategia nos llevaron a que nos empataran al final el 0-2, que es un gran resultado en Primera. Al final se ponen 3-2, logramos empatar, hay una expulsión que marca un poco el devenir del partido. A mí me expulsan desgraciadamente y en el 4 para 3 nos hacen gol. Luego tenemos oportunidades para empatar, y yo creo que lo más justo habría sido un empate, pero al final nos venimos con una derrota. El equipo compitió bien pero no le dio para llevarse los 3 puntos. Sí que es verdad que se vio una mejoría importante y un equipo diferente al de Inter.
Al final, fueron todo goles de estrategia porque en el primer tiempo fue un saque de banda que tiran de lejos y tenemos la mala suerte de que toca en un jugador nuestro o le da uno de ellos y se mete. Luego la estrategia de banda también nos la meten. Después fue la falta en el segundo tiempo, que ya nos la habían hecho en el primero. Y luego consiguieron marcar con la inferioridad. Entonces sí que es verdad que tuvimos despistes en la defensa de estrategia. A partir de ahí es una cosa que mejoramos y en la que pusimos más concentración en los siguientes partidos.
La falta nos cabreó a todos. A Juanito pero también a nosotros. Somos los primeros que nos damos cuenta cuando fallamos y los primeros que nos exigimos. Entonces, cuando tienes un fallo así, la verdad es que nos jode mucho a los jugadores porque en Primera los pequeños detalles son los que marcan la diferencia.
Y en la siguiente jornada… Llega la deseada primera victoria y tu primer gol en Primera División ante Osasuna Magna. ¿Se celebró de alguna manera pero con precaución por el covid?
Por fin vamos a jugar nuestro primer partido en casa contra un gran equipo. Es un equipo que juega siempre Copa, play-off, y es muy competitivo. Una piedra fuerte para competir y ver en qué nivel estamos, y yo creo que salimos más enchufados que nunca, sabiendo que era un partido muy difícil. De hecho, de lo enchufados que salimos, nos llegamos a poner incluso 4-0. Pero en Primera División, hasta que no se cumple el último minuto, el partido no ha acabado, aquí nadie baja el ritmo.
Cuando te relajas un poco, el rival imprime su potencial y se pone el mono de trabajo, al final tienes que sacar tú también el mono de trabajo y currar. Eso nos llevó a sufrir hasta el último momento. Nos meten el último gol, el 4-3, quedando 30 segundos, y aunque ya lo ves hecho dices “con lo bien que lo teníamos…”. Pero bueno, al final el equipo apretó los dientes, supo sufrir y nos llevamos la primera victoria que era lo que queríamos.
La primera victoria fuera de casa, ante Santa Coloma, se consigue en el último segundo de partido y con otro gol tuyo. Parece que este equipo está abonado a las heroicidades.
Sí, somos capaces de eso. De ir ganando 4-0 y sufrir hasta el último segundo o somos capaces de marcar un gol en el último segundo para que nos sepan mejor los 3 puntos. Fue un partido que planteamos muy bien. De hecho, Sabíamos que Industrias (Santa Coloma) es un equipo al que le gusta tener el balón, que tiene mucha calidad. Nosotros esperamos en media pista, defendiendo fuerte, queriendo aprovechar las que robábamos, y yo creo que el equipo lo interpretó a la perfección y nos salió como queríamos.
Es verdad que, en la segunda parte, fallamos dos dobles penaltis y nos podríamos haber adelantado antes. Pero así es el deporte. Hasta que no se cumplen los 40 minutos, el partido no ha acabado, y así se vio. Nosotros quisimos arriesgar con el portero-jugador, nos salió bien y conseguimos tres puntos muy importantes para nosotros.
Pero ante Valdepeñas se rompe una racha de dos años sin perder en Amate, con 20 victorias y 3 empates. Un partido difícil y con mucha mala suerte.
Bueno… Mala suerte por lo que se ve en los goles, pero si somos críticos con nosotros mismos y nos ponemos a valorar el partido, fueron justos vencedores. La primera parte sí que parece que los goles son de rebote u otro, que lo hacemos muy bien con el portero-jugador, y nos meten. Pero si te pones a analizar el partido, tienen muchas más ocasiones claras, llevan el peso del partido y nosotros no conseguimos estar agusto nunca.
Eso es lo que nos recriminamos a nosotros mismos. Nos exigimos y lo valoramos nada más terminar el partido. Sabemos que no estuvimos a la altura de un equipo muy bueno, que viene de jugar las finales de copa y liga. Un equipo muy hecho, muy rodado. Es verdad que nosotros si queremos ser fuertes, primero tenemos que ser fuertes en Amate, como veníamos haciendo, y no puedes perder 1-6 en tu casa. Eso es síntoma de que no has competido y que no has estado en el partido en ningún momento.
Es verdad que los goles pueden ser de rebote, que Elías le pega al palo y el rechace es gol, que el primer gol toca en un jugador nuestro, el penalti… Pero es que tuvieron muchas más ocasiones. Esto nos tiene que servir para crecer, para saber que no nos tiene que volver a pasar y que en Primera tienes que competir los 40 minutos si quieres estar en el partido y no perder la concentración, porque sino lo pagas. En Primera, si hay un partido en el que bajas un poco el pistón, lo pagas.
Capitán indiscutible de este Betis. Quizá lo más parecido al Joaquín del Real Betis. ¿Qué se siente al ponerte ese brazalete de capitán?
Para mí es un orgullo el estar aquí. Son muchos años y ser capitán es un orgullo y una responsabilidad de un club tan grande como es el Betis. Pero también una alegría muy grande, el poder representarlo como capitán, a un equipo con el que me identifico en todos los sentidos. La verdad que para mí es un orgullo y una responsabilidad grande.
Ahora que ya lo has tenido durante más de una temporada, ¿qué tal es Juanito como entrenador? ¿Tiene mucho carácter o es más benévolo?
Bueno, hay veces que también se enciende. Es un entrenador muy exigente, un entrenador al que le gusta mucho trabajar, la intensidad y que el equipo esté metido. Al final eso te lo imprime desde el primer día. Es un entrenador muy cercano, que está mucho con los jugadores.
Se ve en la pista lo que quiere del equipo, lo que es el equipo de Juanito: intensidad, no bajar los brazos, lucha, entrega. Él es así. Intenta calmarse pero también es muy pasional y muchas veces la pasión le puede, se viene arriba, se enciende, pero siempre de buenas formas, con respeto, y la verdad que da gusto trabajar con él.
Tienes que explicar el porqué de tu celebración. Te apodan el pistolero pero, ¿cuál es el origen de todo?
La verdad es que la vengo haciendo desde hace tiempo. Tampoco soy un goleador, no soy de meter muchos goles, de vez en cuando nada más. Pero lo o hacía hace tiempo y cuando llegué aquí me salió de manera espontánea, como unos años atrás, y ya se me quedó el pistolero.
Así que, ahora, cuando meto un gol, pues me acuerdo y ya se me conoce un poco más como el pistolero. Los compañeros incluso bromean con eso. Es una anécdota más, pero estoy encantado y espero poder celebrar muchos goles así.
Vamos con tu película, tu serie, tu cantante o grupo de música y tu libro favorito. También con tu viaje.
De película me quedo con Million Dollar Baby, de serie con La Reina del Flow, de cantante te voy a decir El Barrio y de libro Cuando el Deporte te abandona. En cuanto al viaje, siempre me ha gustado o me ha apetecido ir a Nueva York.
Anécdota jamás explicada (perder un vuelo, quedarte atrapado en un ascensor, anécdota en un hotel…).
Tengo muchas. Te voy a recordar una que la hemos estado recordando hace poco tiempo. Es con Burrito, con mi compañero. Al final es una amistad que tenemos desde hace años, cuando él vino jovencito a Segovia. Es verdad que tuvimos un percance con el coche pero como siempre le damos una vuelta de humor y no pasó nada, nos salimos en una rotonda por ir haciendo un poquito… Cuando eres joven te crees que eres Carlos Sainz, y nos salimos.
El coche no se podía mover, estaba acojonado, serio. “A ver cómo se lo dices ahora a tus padres, la que hemos liado”. Tuvo que venir la grúa, llevarse el coche, vino un coche de policía. Y para quitar un poco de hierro al asunto, porque siempre el Burrito le da humor, pues en ese coche de policía, como Burrito solo tiene ideas y yo estaba acojonado, llorando, que a ver cómo le decía ahora a mis padres que nos habíamos salido, él con la casualidad que había una gorra de policía y nosotros en el coche de policía, se puso la gorra y empezó a hacerme preguntas.
Y, por último, qué compañero es más…
Bromista: Burrito.
Enfadón: Víctor Arévalo.
Presumido: Emilio Buendía.
Despistado: Eric.
Cariñoso: Burrito.