Buenos días para quien los tenga, Ángel. El otro día fui más conciliador. Por la entidad a la que represento cuando le doy a estas teclas traté de ser lo más cortés posible pero entenderás que a estas horas después del enésimo esperpento me arda la sangre.
Hoy ni al VAR nos podemos agarrar, Ángel. Un gol a favor, expulsión de un contrario y un penalti que no ha vuelto a servir de nada porque Paco López nos tiene pillada la medida y vamos a tener que ir al Ciutat de Valencia como el que va al Allianz Arena. Ese es el crecimiento innegable del que hablan tus lacayos porque hasta a ti te da vergüenza decirlo públicamente.
Sigo anonadado de que seas capaz de pedir unión a la misma afición que ha comprado más de 45.000 carnets ficticios para ver cómo fin de semana tras fin de semana nos pintan la cara. Más de 45.000 carnets, Ángel. Si el Covid ha pasado factura a un club del siglo XXI súper bien dirigido hasta el punto de tener que fichar retales y rezar para mantener la categoría aún habiendo tenido el año anterior nuestro mayor presupuesto, imagina lo que ha podido hacer ese mismo Covid en una familia media en la que haya dos carnets. Y ahí pagados religiosamente. Con esfuerzo, quién sabe si con hambre, como para que tengas tú la falta de humildad de pedir y pedir sin haber dado absolutamente nada. Unión alrededor de la enésima goleada en contra. Pero, y tú, ¿qué haces para cambiar eso, Ángel?.
Espero ansiosamente tus declaraciones. Hace un par de semanas te faltó jugar un partido de la play con DJMariio. Tanto en el bochornoso final de temporada pasada como en el aciago inicio de este, aún estoy por ver cómo das la cara en las malas. Seguramente eso no lo hagas, porque eso es ser un líder y lo tuyo cada día está más claro que tiene más de tiranía que de liderazgo.
Y lo dejo aquí, porque al final me paso. Nos volveremos a leer, Ángel.