El Real Betis Futsal volvió a vivir en el pabellón de Amate un partido con público después de algo más de un año en soledad y silencio. Las gradas volvieron a llenarse, aunque no del todo, y 400 privilegiados pudieron ver por primera vez al equipo en la máxima categoría de la LNFS. El de Amate fue el primero de los partidos oficiales de una sección del Real Betis que vivió el regreso del público, donde la buena organización fue la clave del éxito.
Los 400 agraciados entraban por dos puertas distintas según la grada en las que tuvieran su asiento. Antes de entrar, un miembro de la seguridad confirmaba la identidad de la persona, pues las entradas eran nominativas y otro tomaba la temperatura con la ya típica pistola. Una vez dentro, muchos otros miembros de seguridad trabajaban para que se mantuvieran las distancias en todo momento y la gente no se separara de sus asientos. Una vez terminó el partido, la salida fue escalonada, sin prisas ni aglomeraciones. Un diez para la organización del Betis Futsal que demostró como se deben hacer las cosas en tiempos de pandemia si no se quiere perder ese importante y determinante factor campo en una competición tan exigente.