La vida es el Betis. Un sinfín de trabas, momentos buenos, malos, caídas, remontadas… Pero nunca se debe perder la verde esperanza. El Betis acabó saliéndose con la suya, remontó un 0-2, se sobrepuso a un lamentable arbitraje de Gil Manzano, y acabó ganando jugando veinte minutos con uno menos. El plan de Pellegrini salió bien. Y tanto que salió bien.
Pero a punto estuvo de que no. El Betis salió con algo más de brío que un Celta de Vigo que no se jugaba nada. Llegaba por banda de Aitor con cierta facilidad, pero poco a poco fue perdiendo la pelota y el Celta empezó a gustarse en el verde de Balaídos. Sin la posesión, el Betis sufría y el Celta crecía. Tanto, que Gil Manzano lo tuvo demasiado fácil para comenzar su show de despedida. Torpeza de Bartra agarrando levemente con ambas manos por detrás a Santi Mina, éste se deja caer como si de ello dependiera un premio a la mejor interpretación y el extremeño que no se lo piensa y decreta penalti. Le faltó valentía a colegiado para no pitar algo que lo fácil es pitar y lo difícil era ser cabal, pero no. Iago Aspas lo transformó pese a adivinar el lanzamiento Bravo y se adelantaban los locales.
También comenzaba ganando el Villarreal CF y el Betis se veía abocado a la Conference League, y lo peor de todo es que no daba síntomas de mejora. El Celta era dueño de la posesión, el Betis estaba muy lejos del área rival y sin la pelota era un manojo de nervios. El partido se fue al descanso con la necesidad imperiosa de cambiar algo o verse en una séptima posición más que natural en una pelea frente a colosos –económicos- como Real Sociedad y Villarreal.
Tras la reanudación, Pellegrini cambió la banda izquierda dando entrada a Tello y Alex Moreno. No cambió mucho la película, es más, se puso peor. Balón a la espalda de Alex Moreno que no es capaz de sacar de primeras, le cae a Brais Méndez en el área y la clava al palo largo con un disparo potente y colocado imparable para Bravo. Todo quedaba a la espera de que el Real Madrid fuerza capaz de remontar al Villarreal y hacer que la derrota fuera menos mala. Pero un detalle fue la chispa para que el Betis despertara. Penalti de Nolito que derriba claramente a Emerson y la oportunidad de volver a meterse en el partido. Eso sí, ni rastro de la segunda amarilla a Nolito, que lo sabía y se fue al centro del campo sin protestar. Se libró gracias al esperpéntico partido de Gil Manzano. Otra vez el Panza y undécimo gol en liga del gallego en su antigua casa.
El Betis despertó, sobre todo gracias a la entrada de un Lainez que revolucionó el partido y volvió loco a un Celta que empezaba a desgastarse. El mexicano se llevó un codazo sin balón de por medio de Iago Aspas a la altura del cuello y que se quedó en amarilla. Otra vez, carta blanca para Aspas. Uno de los jugadores con más libertad de protesta y dureza de LaLiga. Lo que nadie se imaginaba es que Fekir, con su zurda de caoba, la iba a clavar en la escuadra e iba a empatar el partido. El Betis estaba a un tercer gol o al empate del Madrid para regresar a la sexta plaza. Y llegó el tercero apenas cuatro minutos después. Córner que saca Tello al corazón del área, imprecisión de la defensa y Víctor Ruiz que sale entre los vigueses para empujarla casi en la línea. Remontada conseguida y el Betis pasaba de ser séptimo a quinto con el empate momentáneo de la Real Sociedad.
Pero el show de Gil Manzano no había terminado. Sacó amarilla a Tello cuando la falta había sido de Fekir, ante la sorpresa de todos. Un minuto después, falta de Tello –con muy poca precaución teniendo una amarilla- y segunda. Ni rastro del VAR, que no avisó al colegiado de que la primera falta era de otro jugador y no debió ser expulsado. Quedaban veinte minutos y el Celta se vino arriba para brindarle un resultado positivo a los asistentes a Balaidos.
Solo en una ocasión, en un remate franco del Celta en un córner que sacó casi en el descuento y que Bravo se encargó de volver a mandar a córner. Fue la única con peligro para un Betis que veía como se adelantaba la Real Sociedad y remontaba el Real Madrid.
El Betis vuelve a la Europa League montado en una montaña rusa y sin faltar a su propia historia. Eso sí. Hoy demostró que Pellegrini está cambiando hasta los cimientos de este equipo y está dejando de caer en sus históricos errores y tropiezos. Celebración en el césped, alegría desbordada y vacaciones merecidas para todos. Menos para Cordón. Ahora empieza su partido.