Tras la victoria frente a la AS Roma en su último partido de pretemporada, el Betis de Pellegrini visitaba al RCD Mallorca con la intención de comenzar la liga con tres puntos en el bolsillo. Partían los verdiblancos con su habitual 4-2-3-1 con Paul acompañando a Canales, Rodri junto a Ruibal en los costados y Nabil Fekir por detrás de Borja Iglesias.
El enfrentamiento se dividió en dos tramos: antes y después de los cambios del chileno. Previo a los reajustes, el Betis tuvo muchas dificultades en ataque posicional, principalmente porque tenía muchos jugadores por dentro, viniendo a recibir al pie y nula amenaza por fuera. Ante este planteamiento, los bermellones lo resolvieron a las mil maravillas: bloque medio, líneas juntas y cerrar por dentro, donde Iddrisu Baba se hizo fortísimo en la zona de acción de Canales, Fekir y Rodri. Montoya, que estuvo realmente mal, Álex Moreno y posteriormente Calderón, que sí estuvo mejor, no llegaron a suponer una amenaza exterior. Por esta buena disposición, el Mallorca lograba recuperar por dentro y transitar, lo que obligaba a los verdiblancos a correr hacia atrás y no tener continuidad en sus ataques.
¿Cuál es la solución de Manuel Pellegrini ante este escenario? Muy sencillo, sacrifica a Rodri a pesar de ser el mejor en el primer asalto con el fin de ensanchar el campo y generar espacios por dentro para Sergio Canales y Nabil Fekir. Con Rober abriendo el campo y fijando al lateral contrario, francés y cántabro se instalan en el último tercio y se hacen con el mando del partido. Esos espacios por dentro permiten a los talentos verdiblancos dominar el enfrentamiento. Gracias a esta disposición, el Betis ataca infinitamente mejor, llevando el balón a zonas donde sí podía presionar tras pérdida a diferencia del primer tiempo. Presiona cuando pierde la posesión y reinicia constantemente ataques posicionales, generando situaciones claras de gol y quedándose muy cerca de la victoria.
El mando de Pellegrini situó a Nabil Fekir y a Sergio Canales en el último tercio, lo que permitió al Betis dominar el partido desde el ataque posicional y la presión tras pérdida. Estuvo fino en el último tercio pero le faltó un punto de pegada para haberse llevado los tres puntos a casa.