El Real Betis sigue sin ser capaz de ganar esta temporada y vuelve a dejarse dos puntos, esta vez en la visita del Cádiz CF al Benito Villamarín, que estrenaba asistencia de público en sus gradas y que vio como los de Pellegrini eran un quiero y no puedo en la primera parte y un flan en la segunda.
La defensa lo lastra todo. Es muy simple el análisis. Un jugador de ataque no tiene el mismo descaro ni corre el mismo riesgo sabiendo que su defensa estará para evitar el peligro rival o si el verdadero peligro es la fragilidad de la defensa. Como es el caso del Betis. El Cádiz CF no vino a encerrarse como hiciera en otro tiempo y esa valentía pilló desprevenido a los verdiblancos, que casi a las primeras de cambio se vieron superados por la verticalidad cadista. Balón en largo, prolonga Negredo de cabeza, Víctor Ruiz que se duerme y el Choco Lozano que se planta delante de Rui Silva y éste lo toca lo suficiente para ponerle en bandeja al colegiado el pitar penalti. Contacto hay, pero es de esos penaltis inexplicables, pues el toque de la rodilla del portero es bastante posterior al disparo de Lozano, y el balón se iba desviado y con varios defensas del Betis siguiendo la jugada. El caso es que Negredo erró el penalti, pero Rui Silva se adelantó para detenerlo. Pizarro Gómez mandó repetirlo y esta vez el madrileño no falló.
Pellegrini pidió en rueda de prensa previa que se debían evitar los goles en hechos puntuales, sobre todo ante un equipo que los castiga sobremanera. Pues dicho y hecho. De todas formas, el regreso del público espoleó a un Betis que jugó quizás demasiado acelerado. Buen ejemplo fue Rodri, alma del equipo durante la primera parte pero sin pisar el freno era difícil tomar buenas decisiones, y sobre todo, ejecutarlas. Fekir se echó el equipo a la espalda y ese nervio se tradujo en la chispa necesaria para que el Betis generara ocasiones y no se durmiera en los laureles, como bien ha pasado en varias ocasiones. Con movilidad, verticalidad e implicación de los laterales, el Betis fue capaz de empatar el partido en un córner botado por Fekir, Edgar remata y Juanmi la empuja dentro cuando el balón casi se iba fuera. Gol de oportunista de Juanmi, una vez más, y la sensación de que se le caen los goles de las manos cuando el equipo juega con soltura.
Y lo hizo durante toda la primera parte. Fekir fue un cable pelado para la defensa del Cádiz, que sobrevivió gracias a la permisividad del colegiado y al peligro que creaba solo con ser capaz de cruzar el centro del campo. Víctor Ruiz, en otro tiempo pura seguridad, era un coladero junto a Edgar y Montoya, al que el Choco Lozano hacía un roto cada vez que quería. Un palo del Cádiz evitó el segundo de los visitantes, y otro de Fekir antes del descanso, el gol de la jornada tras una jugada en la que encaró y se marchó de tres defensores.
Pero el descanso sería la perdición del Betis. Quizás Pellegrini pidió algo de calma y cabeza y en eso se acabó el ritmo electrizante que movía la defensa del Cádiz. Quizás el propio Cádiz dio un pasito atrás, volvió a su plan de siempre y se encargó de dormir al Betis en su inerte posesión. Segunda parte soporífera de un Betis que solo se acercó con peligro a la portería de Conan Ledesma en la primera ocasión de la segunda mitad, cuando Fekir se plante en el área, su disparo toca en un defensa tras repeler el portero y Canales, inexplicablemente, la manda por encima del larguero en la línea del área pequeña.
Ahí se acabaó el peligro del Betis. Los cambios tampoco ayudaron. La gasolina se fue acabando, el Cádiz se encerraba y se le agotaban las ideas a un Betis que pendía de una genialidad de Fekir o Canales. William Carvalho y Aitor Ruibal fueron los primeros en entrar, justo cuando Montoya vio amarilla en la enésima ocasión que Lozano se le iba por velocidad. Después, ni Tello por Juanmi ni Joaquín por Guardado solucionaron nada. El Betis se quedó dormido en una posesión que no servía de nada y que encima generaba errores no forzados y contras del Cádiz que asustaron y mucho. En el 94, una carrera del Pacha Espino, falta de Ruibal y ocasión de libre directo muy torpe para los cadistas. Por suerte, acabó en la barrera.
El Betis ya se ha dejado cuatro puntos ante dos rivales de la zona baja de la tabla en las dos primeras jornadas de la nueva temporada. Todavía no ha empezado Europa y este equipo da señales de faltarle mucho más si quiere volver a pelear los puestos nobles o no hacer gala de la historia de este club.
