La visita a Palencia cerraba el último capítulo del libro de temporada regular. Páginas exitosas las que dejaba atrás el Betis Baloncesto, que de ningún modo se iba a conformar con ello. Y arrancaban los verdiblancos como terceros esta final jornada 34, pero podía haber cambios en la tabla. Los sevillanos estaban empatados a victorias con Estudiantes y Fuenlabrada: 26. Contra el equipo colegial tenían el average perdido, y a Fuenlabrada se lo recuperaron la jornada pasada tras un espectacular +22. Dependiendo de qué hicieran en esta última fecha, podía haber intercambio de posiciones entre estos tres transatlánticos de Primera FEB.
Dominio palentino: triples y rebotes
Arrancaron los locales inspirados de tres, con Borg, Oroz, Rodríguez, Hernández y Kunkel teniendo éxito. Eso ayudó a que el conjunto palentino pasara del 13-10 al 23-10, además de los tres rebotes ofensivos que capturó Krutwig. Los de Luis Guil lanzaron 11 tiros de campo más que el Betis en el primer cuarto, gracias a esas segundas oportunidades; y las aprovecharon, cerrando por 28-18 el compás inicial del duelo. Se abrían las costuras habituales en el cuadro hispalense, mucho más débil cuando juega a domicilio.
Hubo un amago de reacción verdiblanca cuando Dallo se echó al equipo a la espalda. 28-24 fue lo más cerca que estuvieron los de Gonzalo García, que luego encajaron un sonrojante 15-0 para ver a Palencia desaparecer en el horizonte. No salía nada y Palencia acertaba con todo. Wintering y Krutwig hacían lo que querían y los rebotes seguían cayendo en manos locales más que en visitantes. Y tampoco estaba el ‘8’ en pista, Benite, ese al que todos pasan el balón cuando hay que desatascar un partido. Suerte que el Betis no se jugaba nada y podía “permitirse” perder por diecisiete puntos al descanso (53-36).
Segunda parte: el lujo de no jugarse nada
Errores infantiles bajo el aro, pérdidas y un ataque que en general no funcionaba seguían lastrando al Betis. Al menos, como consuelo pírrico, limitó a Palencia a menos de veinte puntos en el tercer cuarto. Inservible, porque los verdiblancos anotaron lo mismo y no recortaron ni en un punto la desventaja. Por momentos el duelo en Palencia parecía más una pachanga de patio de colegio, con muchos jugadores persiguiendo el balón sin mucho control. El 70-53 tras media hora dejaba claro que la victoria no cogería el bus a Sevilla.
Palencia doblaba en asistencias (22 a 10) a los visitantes (que vestían de azul), clara muestra de cómo funcionaba un ataque, y cómo el otro permanecía atascado, falto de un aceite que suelen aportar muchos jugadores como Renfroe, Cvetkovic o Hughes. Nkereuwem aprovechó sus minutos y se puso las botas, regalando un feroz mate a su afición. El partido, decidido mucho antes de la bocina final, terminó con un marcador de 87-68. La segunda plaza, por tanto, no será para el Betis, que así evitaría una hipotética semifinal de playoffs contra Obradoiro. Quizás estaba el Betis ahorrando energías de cara a unas eliminatorias que se antojan difíciles y aprovechó ese «lujo» de no jugarse nada. Eso sí, no es excusa para mostrar una mala imagen, más aún tras la demostración de garra ante Fuenlabrada, y contra un Palencia que se marchó de San Pablo derrotado por 17 puntos. Toca ver si el equipo recupera su mejor versión para la próxima semana, inicio de las eliminatorias.
Ficha técnica
Agropal Palencia – 87 (28+25+17+17): Oroz (6), Borg (5), Rodríguez (11), Vaulet (8), Krutwig (12) -quinteto titular-, Nkereuwem (17), Wintering (14), Kunkel (6), Pinilla (0), González (0), Hernández (3) y Dimitrov (5).
Real Betis Baloncesto – 68 (18+18+17+15): Renfroe (5), Hughes (9), Jelinek (7), Suárez (1), DeBisschop (2) -quinteto titular-, Dallo (13), Radoncic (-), Cvetkovic (9), Benite (-), López de la Torre (6), Tunde (5) y Kasibabu (11).