El preparador bético ascendió hace 10 años con Ourense, aunque la ACB le echó el freno al logro deportivo por razones económicas. Ahora el vasco está al frente de un ilusionante proyecto sevillano, que sufrió para batir a Cartagena en cuartos y cuenta las horas para medirse a Estudiantes en la Final Four. Sus impresiones antes de la semifinal fueron de igualdad e ilusión.
El «favor» de Cartagena
El técnico comentó que Benite, su capitán, agradecía de algún modo la intensidad de Cartagena en cuartos: «Vítor me decía después de jugar el primer fin de semana que, si somos capaces de sacar este playoff, Cartagena está haciendo un gran favor. Nos está exigiendo al máximo y vamos a llegar con una confianza extra». Y tampoco es ajeno a la presión: «Hemos jugado ya dos partidos sabiendo que si pierdes ya no solo te eliminan sino que las críticas iban a ser muy duras y hemos competido muy bien». Además, en vez de excusarse por descansar menos días, lo ve como positivo, para no perder tanto el ritmo de juego: «Cinco días para preparar el un partido son suficientes, prefiero como llegamos ahora -a haber descansado más-«.
Sobre el ‘Estu’
Estudiantes es un equipo con muchos jugadores muy peligrosos en el tiro de tres. «Jason Granger es para mí es el jugador más determinante de la competición, el jugador más decisivo con más incidencia en la liga y en su equipo», aseguraba. Tras ensalzar a varios jugadores rivales, interiores y exteriores, recordaba el entrenador que «durante gran parte de la liga han dominado el catch and shoot, los tiros con pies en el suelo». Elogió a rivales y valoró lo propio: «Los cuatro equipos tenemos muchas cosas buenas y tenemos las mismas posibilidades; luego puede ser que te salga un día malo y que te vayas pronto a casa».
La intensidad
Es un estudioso de su competencia el técnico vasco, que valoraba la apuesta física del equipo colegial: «Tienen jugadores con muchísima presencia física. Adams Sola destaca menos en ataque pero atrás es un jugador top, a Joaquín lo conocéis muy bien…». Además, puso el foco en la concentración, algo que sí aprovechó Cartagena para superar al Betis en intensidad en varios tramos de su eliminatoria: «Sabemos que el nivel de energía que van a poner es alto y nosotros lo que tenemos que hacer es igualarlo y que no nos sorprenda, porque nosotros somos capaces también de hacerlo».
El duelo de experiencias
Ambas plantillas pueden presumir de jugadores experimentados; los madrileños quizás han sellado menos el pasaporte, pero han vivido más aventuras en España: «Claro que nosotros tenemos jugadores con experiencia en partidos muy importantes, pero ellos tienen jugadores que han ascendido y que han jugado ya Final Fours«. Díaz, Schmidt, Andric… incluso el entrenador, Nacho Lezcano, ha vivido un ascenso, y «Garino ha jugado mundial y olimpiada». Pero, de nuevo, puso el equilibrio: «Estamos igualados, somos dos equipos con gente que ha vivido muchas batallas», y remataba confiando en los suyos: «Creo que se verá que tenemos jugadores con capacidad para manejar la presión y la responsabilidad en su momento».
La defensa de los pívots del Betis
Estudiantes tiene en Dejan Kravic una posibilidad de anotación en pintura, algo que contrasta con el perfil de los interiores béticos. Pero eso no preocupa al técnico bilbaíno: «Hemos sido el equipo al que menos han jugado en el poste bajo, al que menos puntos han metido en el poste bajo, y al que menos puntos por posesión, con muchísima diferencia, han metido en poste bajo». «Kravic no solo es un jugador de poste bajo sino que es un jugador de continuación del bloqueo directo, con muy buena finalización y muchos puntos», repasaba. A pesar de las virtudes rivales, aseguraba no estar preocupado «porque esta temporada mis chicos han demostrado que son grandes defensores».
La deuda del destino
En 2015 Gonzalo García consiguió el ascenso deportivo en el banquillo de Ourense, club al que dirigió durante ocho años: «No lo olvido porque fue muy chulo, hicimos el equipo el 15 de agosto porque nos readmitieron y nadie lo esperaba; hay veces que te sale todo bien y nos salió un quinto partido excepcional en un derbi contra el Breogán». Con este recuerdo en la cabeza, y con el trago agridulce de que ese ascenso no se consumó por dificultades económicas, Gonzalo García siente que el destino está en deuda con él: «2015 y 2025, el cinco es el año, sería bonito; aunque parezca un poco fantasmada creo que el baloncesto me debe una. La ACB nos dejó fuera, al año siguiente tuvimos un ascenso en diferido y no lo conseguimos otra vez y nos quedamos dos años fuera; creo que me toca, pero pero seguramente Toni Ten pensará que a él también. Veremos a ver, pero sería bonito y romántico que que lo consiguiese».
