Ya se marcha 2021 y con él un año lleno de altibajos para el Betis Féminas. El año empezó con la llegada de Amorós y termina con dos derrotas consecutivas. De por medio, una salvación que a principios de 2021 se pensaba muy difícil y un equipo que ha competido más que en el año anterior. Prueba de ello es que por primera vez desde 2018 los béticos y béticas podrán comerse las uvas sin ver a su equipo en descenso.
Las de Amorós cierran el año con 4 victorias, 3 empates y 8 derrotas en la presente temporada. Resultados que le han dado un colchón de 10 puntos respecto al descenso. Para 2022 se le pide al conjunto verdiblanco conseguir la regularidad que tanto le ha faltado este año. Además de dar un paso más hacia los puestos nobles de la tabla lo que implica también dar una mejor versión en casa. La afición verdiblanca solamente ha visto en la Luis del Sol a su equipo conseguir los tres puntos contra el Athletic Club.
Pero para seguir creciendo la regularidad también tendrá que llegar fuera de los terrenos de juego. El Betis Féminas ha visto como año a año desde que se fuese Pry sus líderes en el vestuario han ido abandonando el club. Los mercados de fichajes en el Betis se han convertido en una entrada y salida de jugadoras constantes. Muchas de ellas sin pena ni glorias pero otras que han establecido una base sobre la que las verdiblancas deben seguir creciendo junto a Amorós para el próximo año. Al grupo de jugadoras jóvenes lideradas por Medina o Valle junto a jugadoras de experiencia contrastada como Mari Paz o Sosa deberán sumarse futbolistas que permitan a las verdiblancas dar el siguiente paso.
2021 también ha sido un año donde las lesiones han afectado en gran medida a las verdiblancas. La más dolorosa la de Rosa Márquez, quien sufrió una rotura del ligamento cruzado a principios de temporada. Y por si fueran pocos problemas, las verdiblancas están a la espera de conocer el tiempo de baja de Mari Paz. La delantera gallega tuvo que abandonar el terreno de juego el último partido por una lesión en el tobillo. Una baja que puede suponer un gran problema para Amorós de cara a confeccionar la línea ofensiva en 2022 y que puede obligarles a ir al mercado de enero a realizar nuevas incorporaciones.