Ya se marcha el año 2020, un año para el olvido. Este año no ha sido fácil para nadie y para el Betis Féminas menos. Un año marcado en clave verdiblanca por la llegada de Pier al banquillo bético y de Ángela Sosa como refuerzo de oro para pelear por los puestos Champions. Pero todas las expectativas que existían se han diluido. Ahora mismo solo queda la desilusión por un equipo sin alma y sin entrenador ahora mismo.
El año 2020 comenzó con la llegada de Pier en sustitución de Antonio Contreras. Aunque el debut fue amargo con una derrota frente al Levante de María Pry, poco a poco se empezó a ver una mejora en el equipo de Heliópolis. Tras conseguir 12 puntos en los siguientes siete partidos el equipo ya parecía alejarse de la zona de peligro y tener un final de temporada tranquilo. Entre medio de esta mejora también llegó la Copa de la Reina. El Betis consiguió derrotar al Atlético de Madrid, vigente subcampeón del trofeo, en los penaltis. Pero su andadura en la competición acabó en la siguiente ronda cuando el EDF Logroño se impuso por 1-0 al cuadro hispalense. Pero llegó el coronavirus y todo se paralizó y la temporada se dio por finalizada.
Llegó el verano y como cada año se esperaban muchos cambios. Una gran lista de bajas entre las que resaltaban las de Irene Guerrero y Merel Van Dongen. Dos pilares que se marchaban en busca de nuevos retos y que dejaban al equipo con la necesidad de reforzarse. Los refuerzos llegaron y la ilusión volvió a resurgir en la afición. Llegaron jugadoras con una experiencia dilatada en la liga como Mari Paz Vilas o Eva Llamas. Pero sin duda el fichaje estrella fue Ángela Sosa en el último día de mercado y que hacía esperar una temporada brillante en la capital andaluza.
Pero empezó la temporada y todo se vino abajo. Un arranque bastante irregular sostenido en gran parte por Sosa. Hasta que llegó la octava jornada y todo se derrumbó. Desde entonces el Betis no conoce la victoria y ocupa la penúltima plaza en la tabla. Un equipo que vuelve a ver como la defensa es incapaz de mantener la portería a cero y apenas es capaz de hacer llegar un balón en condiciones a sus delanteras. Esto ha provocado que Pier termine renunciando al cargo de entrenador. Con el 2021 a la vuelta de la esquina parece que Willy y el próximo entrenador bético tienen mucho trabajo por delante si no quieren que el año que viene sea todavía peor.