“Tres frentes abiertos en los que Pellegrini está sabiendo sacar el máximo provecho a una plantilla entregada. Todos se sienten importantes y disponen de minutos en unas rotaciones que pueden marcar diferencias a final de temporada”.
El Betis de Pellegrini sigue rompiendo barreras en lo que a estadísticas se refiere. Con la victoria del pasado sábado en el Camp Nou, ya sabe también lo que es conseguir los tres puntos ante un rival liguero que compite en Champions, algo que se le resistía desde la llegada del preparador chileno a Heliópolis.
Aunque hay algo por encima de cualquier dato y es el convencimiento de este equipo en el plan trazado por el entrenador. Lo pudimos comprobar tras aquella semana fatídica con tres derrotas. Lejos de venirse abajo, cinco victorias consecutivas son las que acumula el Betis entre las tres competiciones en disputa.
Porque este equipo, además de haber demostrado estar capacitado para darle la vuelta a cualquier contratiempo en un partido, también es capaz de hacerlo con una racha negativa de resultados. Hay algo que está por encima de cualquier victoria, empate o derrota y es lo que está implantando el Ingeniero en ese vestuario y me atrevería a decir que en todos los estamentos del club a nivel general. Pies en el suelo y ambición por mejorar día a día.
Ni se monta una fiesta tras una victoria sonada, ni se tira todo por la borda por un marcador adverso. Saber gestionar las emociones es una de las premisas principales para mantener el rumbo indicado. El ritmo en el fútbol lo marcan los resultados y es más fácil creer en lo que se está haciendo si llegan, pero una de las principales diferencias entre un club asentado en la zona alta y el resto del campeonato es la capacidad para reponerse a cualquier revés y volver a la senda correcta cuanto antes y ahí el Betis está mostrando una madurez como no se veía en mucho tiempo.
Y esa unión como equipo es la que está permitiendo competir por encima de lo esperado en liga y a su vez cumpliendo las expectativas tanto en Europa League como en copa. Tres frentes abiertos en los que Pellegrini está sabiendo sacar el máximo provecho a una plantilla entregada. Todos se sienten importantes y disponen de minutos en unas rotaciones que pueden marcar diferencias a final de temporada.
Un vestuario unido, donde el conjunto está por encima de cualquier individualidad y el que no juega felicita al compañero tras una buena actuación y se esfuerza por dar su mejor versión cuando le llega la oportunidad. Se marchan unos, llegan otros, pero la idea es la misma. Eso es lo que ha logrado este cuerpo técnico desde la temporada pasada.
Se está gestando algo que ilusiona y que ojalá sea duradero en el tiempo. La mejor noticia para todos es que tuviera continuidad más allá de 2021 e incluso del contrato firmado por Pellegrini a su llegada. El Betis, por fin, parece estar sentando unas bases sólidas para el crecimiento deportivo del club y en lo que a contratos se refiere, yo tengo claro cuál sería el mejor regalo de Reyes. Felices Fiestas y Muchísimo Betis.
