Esto no para. Tras darle carpetazo (al menos en lo que al césped se refiere) a un derbi copero que se alargó más de lo debido, hay que volver a ponerse en modo liga con la visita del Alavés al Villamarín. Enfocados desde el pitido final que supuso el pase a cuartos, ya se encargó de ello el entrenador en la rueda de prensa post partido.
Ni hay tiempo ni es lo más recomendable celebrar en exceso algo puntual para un equipo con tres frentes abiertos como el verdiblanco. Real Madrid, Barcelona, Atlético y Real Sociedad, únicos que pueden decir lo mismo a estas alturas de curso futbolístico. Entrenar, competir, descansar y volver a empezar. Ya habrá tiempo para festejar. La hoja de ruta en un club que busca dar un paso más en el crecimiento de la entidad. Llegar para quedarse.
Es justo decirlo y son cada vez más los detalles que hacen pensar que la línea es la correcta. En todos los sentidos, tanto deportivo como institucional. Competitividad, seriedad, ambición… La experiencia de Pellegrini y de Cordón ha sido fundamental para sentar unas bases sólidas. Y eso se extiende a cualquier estamento y a su vez, a cada trabajador del club. Lo que tanto anhelaba cualquier aficionado para un Real Betis Balompié que tiene un potencial inmenso para seguir dando pasos hacia adelante.
El compromiso de la plantilla también es digno de mención. La unión de un grupo donde todo el mundo tiene claro su papel, hasta un Joel que puede gustar más o menos, pero cuya profesionalidad está fuera de toda duda. Es una satisfacción enorme para cualquier bético verse representado de esta forma en cada partido.
Y aquí sí me gustaría hacer un breve inciso volviendo al partido anterior. Gracias por dar la cara por el Betis y por su gente en la noche del sábado, porque aquel indeseable ya detenido no representa ni lo más mínimo a cada uno de los miles de béticos que emprendían su rumbo hacia Heliópolis con la ilusión del primer día y a aquellos que no pudieron asistir. Gracias al club, con el presidente Haro a la cabeza, por estar en todo momento a la altura de las circunstancias en una situación tan delicada de la que otros, de forma ruin y rastrera, quisieron aprovecharse.
Si algo puede servir como aprendizaje de lo vivido en los últimos días es que el beticismo unido es imparable y que cuando se dejan a un lado las diferencias y todos remamos en una misma dirección, somos más fuertes de lo que imaginamos. Contra todo y contra todos fueron las palabras de un líder como Canales tras el bochorno arbitral de Vallecas. Betis por encima de todo y de todos, el lema utilizado en otros momentos. En definitiva, si somos una piña no tenemos techo. El plan continúa. Alavés, Alavés y Alavés.