15 de febrero de 2022. Semifinales de Copa con ventaja en el partido de ida, terceros en La Liga y a un par de días de volver a competir en Europa. Equipo español más goleador de la temporada y único vivo en tres competiciones. Tras haber sobrepasado el ecuador del curso futbolístico, esta situación ya no se puede considerar fruto de la casualidad o una cuestión de rachas. El Betis de Pellegrini va muy en serio.
La ambición que está mostrando el equipo en el transcurso de la temporada es digna de resaltar porque no es nada sencillo mantener un ritmo competitivo tan alto jugando dos partidos por semana, algo a lo que no estaban habituados los nuestros hasta el momento. Rotaciones que dan resultado gracias a una gran gestión de vestuario por parte de un entrenador que no cambia el discurso y se mantiene firme con el plan trazado.
Predecir el futuro es muy osado, pero si algo podemos tener claro los béticos a estas alturas de la 21/22 y con todo aún por decidir, es que el equipo va a dar la cara hasta el final en cualquiera de los tres frentes que siguen abiertos. El compromiso que muestra cualquier futbolista que nos representa está fuera de toda duda, lo que fomenta a su vez la competitividad de un grupo que tiene entre ceja y ceja culminar una temporada para el recuerdo.
Personalmente creo que estamos ante la más ilusionante desde la 04/05, donde acabamos levantando la Copa en el Vicente Calderón y obteniendo el billete para la Champions en Son Moix, con aquel gol de falta del mítico Marcos Assunçao. Pronto para conocer el desenlace, pero las sensaciones son inmejorables con una plantilla unida en torno a un cuerpo técnico sabio y siempre con los pies en el suelo.
El Betis ilusiona, jugando el mejor fútbol que se puede ver a día de hoy en nuestro país y acaparando cada vez más elogios a nivel nacional. Por eso es tan importante la figura de alguien como Pellegrini para mantener la calma en todo momento y no desviar la atención del siguiente partido. Lo único que importa. Acostumbrado a este tipo de situaciones, el técnico chileno sabe marcar los tiempos y guiar a un equipo que nos enamora en cada partido.
La clave está en mantenerse estable, tanto en momentos en los que las victorias llegan incluso goleando de cuatro en cuatro, como para levantarse de derrotas inesperadas. Quedan partidos y preciosos retos por delante. No se ha conseguido nada aún, pero también debemos disfrutar del camino. Saborear cada victoria. El bético lo merece después de tanta inestabilidad vivida en los últimos tiempos. Ilusión en las gradas y responsabilidad en un vestuario que no puede estar en mejores manos.
Equipo comprometido, cuerpo técnico de muchos quilates, dirección deportiva experimentada y directiva que defiende los intereses del club por encima de cualquier interés particular, como hemos podido comprobar últimamente. Dicha combinación da lugar a una afición unida y entregada. Nunca me cansaré de repetirlo, ni nosotros mismos somos conscientes del potencial que tenemos como club para lograr grandes cosas. Porque la base del fútbol es su gente y ahí, con todo el respeto del mundo para cualquier aficionado de otro club, somos inigualables. Sigamos soñando juntos.