“Solo entiende mi pasión quien comparte mi locura”. Llevo muchos años leyendo esta frase y con el paso del tiempo me he dado cuenta de la veracidad de la misma. He visto jugar al Betis en el Villamarín desde muchos puntos diferentes del estadio pero nunca lo he vivido tanto como desde la grada baja del Gol Sur. Fue en la temporada 16/17 cuando, coincidiendo con la finalización de la obra del estadio, volví a ser abonado desde hacía mucho tiempo.
La grada de animación se abría para béticos y béticas que estuvieran dispuestos/as a dejarse la voz en cada partido. En cuanto vi la posibilidad, no dudé, y aquí me encuentro hasta el día de hoy pese a la negativa de gente cercana por el miedo al tener mi abono dentro de una “grada ultra”. No voy a negar que en el primer partido iba con cierto respeto, pero fue empezar a cantar el himno y sentí como si fuera un amor a primera vista, algo que no se puede explicar con palabras.
Ojalá pudiera explicaros lo que siento cada vez que bajo las escaleras rumbo a mi asiento y como aún en días tristes, el hecho de ocupar mi sitio y estar animando con los míos hace que vea luz hasta en los días más oscuros. Esto es solo una pequeña parte de todo lo que significa para mi el Betis, pero por desgracia, según algunas personas esto no es así.
Tras el encuentro frente a Osasuna, en el que los tres puntos se quedaron en Heliópolis, decidí entrar en Twitter para leer lo que comentaba la gente sobre el partido y todo lo ocurrido en las gradas. Para mi sorpresa, no paraba de leer comentarios atacando ya no sólo a los grupos “visibles” de la grada sino a todos los abonados que tenemos allí nuestro asiento.
Gente acusando de abonos regalados, de tener una ideología política (que nada tiene que ver con la mía y con la de muchas otras personas de la grada) e incluso de que nos movemos por otros intereses. El hecho de generalizar y meter a todas las personas en el mismo saco es un grave error que he visto en decenas de personas, además de emitir juicios de valor sin una información previa que es fundamental para entender el funcionamiento de una grada de animación.
Para finalizar, sólo quiero deciros que tanto yo como muchas otras personas vamos a nuestra grada sólo y exclusivamente a animar al Real Betis Balompié sin ningún otro tipo de pretensión alguna. Muchas gracias a todos esos locos de la cabeza que hacen que el Villamarín sea cada semana una olla a presión, independientemente de la grada en la que estén. Todos unidos y animando para llevar a nuestro equipo en volandas, disfruten de esta mágica temporada, lo mejor está por llegar.