El Betis del ingeniero tiene este próximo sábado la oportunidad de poner el último ladrillo de esperanza para culminar su proyecto más ilusionante de la temporada: conseguir la Copa del Rey.
El fútbol es caprichoso, a veces sabio, aunque también injusto. No obstante, el Betis de Manuel Pellegrini se ha sobrepuesto a cualquier salvedad y se marcó un claro objetivo al principio de campaña: “Hay que ir a por la Copa”. Y así ha sido. No obstante, no hay que vender la piel del oso antes de cazarlo. Ya sabemos cómo funciona esto del fútbol y, en una final, puede pasar de todo. Pero los trazos, cálculos y dibujos del ingeniero sobre el papel del verde brindan a los verdiblancos una nueva oportunidad de alcanzar la gloria.
Con la vista atrás y, tras muchas batallas saldadas con éxito, se jugará el título ante el rocoso Valencia de Bordalás. Ante ellos, una oportunidad de oro de brindar a una afición (siempre fiel e incansable) de volver a tocar plata de nuevo. Casualmente, el mismo último torneo con la que lo consiguió allá por 2005. La obra del ingeniero Pellegrini está en su recta final. Los planos se mostraron a principio de campaña, pero sobre el terreno se puede culminar una obra de gran calado, de esperanza, de alegría, de sufrimiento, de esfuerzo, de sacrificio, de… puro Betis.