Mis locuras son por ti Real Betis Balompié, que eres mi forma de amar a unos colores, mi forma de seguirte a diario y eres mi cordura perdida en una carretera de un día de partido cualquiera.
Te debo, Real Betis, la compañía en la lucha a los que te atacan, por las tristezas y alegrías que tú le has dejado a mi vida, por eso le pido al que me lee que me disculpe en este artículo sino en encuentra lo que quiere, pero estas líneas las peleamos solo entre tú “biriprensa” y yo, porque llevo un siglo aguantando y si no me salen las palabras por la garganta reviento, a pesar de que tu mañana seguirás manchando y machacando el sentimiento, mi sentimiento bético, porque a ti a surrealista y embustero no te alcanzo ni yo, pero a mí me importa, muy poco, que pase conmigo después de estas letras.
Vas presumiendo por los barrios de ser muy poderosa, pero no lo eres por la “bosta” que publicas, sino por tu forma sucia de contar las cosas, y por esa canalla forma en la que ocultas todo lo que no le interesa al “chabacano, chulero y pendenciero” que os utiliza y paga desde la otra acera, creyéndose el Dios del fútbol.
Te hablo de la “bosta” palangana que no publicas por miedo a represalias de tu amo, a toda esa verdad que siempre te callas y que embelleces con tus sentimientos billeteros y estómago agradecido, pero que cuando cruzas a la acera verdiblanca ahí te extiendes y ensañas sin piedad ni argumentos, ahí te sobran cuerda y transmisor para atacar a un club y un sentimiento que tiene mucha más grandeza que todo lo que vosotros podáis soñar. La grandeza que tú, “biriprensa”, por orden de tu señor en tus mentideros llenos de “curda” ocultas y callas, fíjate si eres canalla.
Ruego me disculpen de nuevo béticos sino leyeron unas letras afables, pero la esperanza en un medio más justo se me ha ido diluyendo con el paso de los calendarios y las bazofias escondidas.
Pongo fin a mi alegato con un deseo añorado por ti. “biriprensa”: cuánto darías por ser libre para decirme, lo mismo que yo te he dicho.