El gigante dormido lo denominó Antonio Cordón, en una frase ya con copyright. Él vino a despertarlo y hacerlo «grande», a devolverlo al sitio que supuestamente le corresponde. Pero yo creo que mas que un gigante dormido, era un gigante mediocre.
Gigante, si, por su instalaciones. Buen estadio, buena ciudad deportiva. Gigante, si, por pertenecer a Sevilla, quizás la ciudad mas pasionalmente futbolera de la Península. Gigante, si, sobre todo y principalmente, por su gente. Esa gente que nunca le falla, aunque el equipo si le falle a ellos. Esa gente que tiene el corazón maltrecho ante tanto desamor con su Betis.
Desamor porque el equipo no era capaz de darle alegrías en forma de crecimiento y ambición. En cuanto a títulos ni hablamos. Esa gente que no le importaba ir a ver a filiales o equipos de poblaciones con menos habitantes que Triana o La Macarena. Esa gente que se acostumbró a la mediocridad. Hasta que se decidió empezar a cambiar. Y ese cambio vino con Cordón, de acuerdo, pero sobre todas las cosas, con Manuel Pellegrini Ripamonti.
Con él a los mandos, los jugadores empezaron a creer que la mediocridad la decides tú mismo. Tú decides si cambiar tu actitud para dejar de ser mediocre y ser cada día un futbolista (persona) mejor. Son ellos, los que guiados por el chileno, deciden cada momento reactivar su compromiso. Es ahí donde el futbolista avanza y se diferencia del resto de jugadores de medio pelo. Es ahí donde el futbolista alcanza cotas mayores. Porque cree en sí mismo. Porque creen en su líder. Porque cambian su actitud conformista y se esfuerzan en ser mejores cada entrenamiento, cada partido y cada día.
Y desde ahí, desde la actitud y la creencia en uno mismo, es desde donde el Gigante deja de ser mediocre y empieza a ser un gigante temido. Un Gigante que empieza a dar golpes sobre la mesa para que todos sepan que ya esta aquí.
Pero no, no estaba dormido, este gigante siempre estará despierto. Este gigante, simplemente, ha decidido, con la actitud de sus dirigentes, con la actitud de su líder Pellegrini, y con la actitud de sus fieles jugadores, pasar de ser El Gigante Mediocre, a ser El Gigante que siempre tuvo que ser.
El gigante que hace honor a sus hinchas y a su ciudad.
El gigante que todos soñamos ser.