Las últimas novedades alrededor de nuestro club giran entorno a este “stage” por Argentina y Chile donde viendo los resultados obtenidos en los tres partidos, da qué pensar si realmente ha merecido la pena extender la marca Betis por tierras latinoamericanas.
La imagen del equipo ha dejado mucho que desear y bajo mi punto de vista, corriendo muchos riesgos. Solo viendo un poco de cada partido se dejaba ver que la intensidad de estos equipos era muy superior a la del Betis, dicha intensidad se traducía en un continuo aluvión de patadas que no vaticinaban nada bueno. Manuel Pellegrini decidió, bajo mi punto de vista, arriesgar demasiado poniendo en el once inicial a jugadores que son clave y dándoles bastantes minutos en un terreno que más que de juego se podría decir que era bélico.
A parte de estos partidos, es imposible no mencionar el mundial de fútbol que está en juego a día de hoy. Un mundial atípico, ya no solo por la fecha en la que se celebra, sino también por todo lo que hay detrás. Una competición manchada de sangre donde los derechos humanos parecen quedar en un segundo plano.
Si juntamos este precedente junto a la convocatoria presentada por nuestra seleccionador nacional, hace que mi interés por esta competición sea prácticamente inexistente.
Espero que esta convocatoria no quite la ilusión a tantos niños y niñas que sueñan con representar algún día a su país en una competición de tal magnitud, porque deja entrever que por mucho mérito y trabajo que haya detrás no se verá, desgraciadamente, recompensado. Que no podamos ver con “La Roja” a jugadores como Borja Iglesias, Alex Moreno o incluso Sergio Canales es una auténtica injusticia. Jugadores que han demostrado con creces merecer un lugar en esta lista, un lugar que se han ganado a base de trabajo, constancia y buenas actuaciones que han arrancado cientos de aplausos en el Villamarin.
Podría catalogar de vergonzoso que se priorice que un jugador venga de un equipo u otro o que sea veterano (y que incluso apenas tengan minutos en sus clubes) antes de que se ponga en valor el trabajo y los méritos personales. Al fin y al cabo, como dijo un sabio, “no se trata de ser el primero, se trata de ser el mejor que lo haga”.