Dicen las sagradas escrituras que Dios creó el mundo en siete días, el primer día creó la luz y la noche, en el segundo día el cielo azul, el tercer día creó la tierra seca, los mares y la vegetación, el cuarto día las estrellas, el sol y la luna, en el quinto día los peces y las aves, el sexto día creó el hombre y la mujer y al séptimo día descansó para poder ver el al Real Betis Balompié.
Porque el Betis es como Dios, está en todas partes, todo lo puede, es omnipotente, omnipresente y omnisciente. Tú no eliges el Betis, sin darte cuenta el Betis te elige a ti pues su poder es inimaginable y alcanza más allá de cualquier explicación lógica.
Cuando el Betis te elige no tienes otra opción que rendirte ante él y lo amarás con todo tu corazón, tu alma y tu mente. No hay fe más fuerte en este mundo, crece y se fortalece con el tiempo hasta tal punto que da igual lo que hagas, lo seguirás de una manera irreflexiva pues el amor que se tiene por el Betis es sincero y ciego. No podrás renegar nunca a la fe verdadera porque el Betis no defrauda, alimenta tu alma y tu espíritu hasta hacerte feliz incluso en la desgracia, pues de todos es sabido que de los béticos será el reino de los cielos.
Recordad que el Betis está en ti y en todos nosotros, nos ha bendecido con la gracia divina, nos guía y nos enseña, nos lleva por los caminos de la gloria y también del sufrimiento pero quien no lo abandona será reconfortado con las mieles del triunfo. Y ya puedas creer en Dios, Alá, o Buda que al final la única y verdadera religión se llama Real Betis Balompié, su templo es el estadio Benito Villamarín, su profeta Don Manuel Luis Pellegrini Ripamonti, los jugadores sus discípulos y los béticos el pueblo escogido por Dios.
Recordad aquella letra que decía:
“Dime niño
De quién eres
Todo vestidito
De verde,
Soy el hijo de Dios
Que ha venido
A conocerte
¡Resuenen con alegría
Los cánticos de mi tierra
Y viva el niño de Dios
Que es del Betis manque pierda!”
Feliz Navidad a todos y viva el Betis.