Qué bonito el día de aquel 23 de abril

Era un 23 de abril de 2022 cuando tomamos las calles de la ciudad, era un 23 de abril cuando le demostramos al mundo entero que verdiblanca era Sevilla y nuestra sangre. Béticos por tos’ laos’, desde la Alameda hasta La Cartuja, para un 23 de abril, gritar y luchar por nuestro escudo, nuestros colores y nuestra historia. Mañana de lluvia, de cánticos, de rezos y plegarias a cualquier Dios.

Tarde de nervios, el mundo entero esperando a ver al Real Betis alzar un título, después de siglos esperando. El sudor de nuestra frente, el gemir de nuestras gargantas y la fuerza de nuestras manos, todo para nuestros futbolistas y club, para que nos llevaran a vibrar en la historia. Europa entera admirando y envidiando nuestro fútbol, nuestra gente y nuestras derrotas. Béticos por los pasillos del Estadio, por los salones de una casa, por las calles de cualquier ciudad y por un cuarto anillo lleno, hasta la bandera, de aficionados al fútbol (que en gloria de su Dios estén).

Con un penalti que golpeó Miranda, y empujaron millones de almas, cayó nuestra condena, festejaron los jóvenes, suspiraron y lloraron los abuelos, porque ya no había en el mundo entero, nadie que nos pudiera quitar aquellos momentos vividos. Era nuestro, ese título ya era nuestro y todos podíamos sentirlo, vivirlo, soñarlo y tocarlo.

Un siglo después de la conquista, qué bonito el día de aquel 23 de abril de 2022.