Últimamente resulta más que curioso la de béticos inconformistas que pululan por las redes sociales, una turba de cansinos malajes que son un verdadero coñazo, una caterva de tristes que no están contentos con nada porque son muy “ecsigentes”. Son los Leonardo Da Vinci de la crítica futbolística, saben de todo, unos verdaderos maestros del cuñadismo. Lo mismo te dan un máster sobre traspasos y variables que te hacen una disertación sobre cómo tiene que posicionar Pellegrini a los jugadores.
Lo peor no es que crean saberlo todo, lo peor es que creyendo saber de todo encima nada les parece bien pues ellos no son del manquepierda (que vergüenza, por Dios), ellos son los “béticos del 2018” al igual que existen los sevillistas de 2006. Hablan constantemente del “crecimiento” como si el Betis fuera un chaval enclenque que se apunta al gimnasio al que se alimenta con botes de proteínas para aumentarle la masa muscular y que le salgan tetitas.
Hacía años que no se veía a un Betis como el que tenemos ahora, sano en todos los aspectos, haciéndonos disfrutar como a verdaderos enanos, y es que ahora va uno al estadio con más entusiasmo que Jorge Javier Vázquez a la cabalgata del orgullo gay. No se acaban de enterar que el Betis es otra cosa, mucho más que fútbol, al Betis se le quiere como a una hija fea, un hijo yonki o esa mujer que no te para de reñir, es amor sin condiciones, amor eterno sin clausulas adicionales.
Comenzamos el año 2023 en puestos Champions y a las puertas de conseguir otro posible título y a pesar de todo esto hay que seguir leyendo y escuchando a los “ecsigentes” diciendo carajotadas, poniendo trabas a todo, criticando a jugadores, a la dirección deportiva, a la directiva y hasta los recogepelotas si es necesario. Que si en un cartel no pone “balompié”, que si el escudo tiene la raya así o asá, que si Canales ya no es el que era, que si Miranda no da el nivel, que si Guido no está al 100%… Y así con todo.
Señores y señoras, disfruten de este Betis a tope porque hacía muchos años que no lo hacíamos, no me sean tan malajes, no me sean tan pesados, vivan el momento, los sentimiento no se auditan, esta pasión no es una estadística, el Betis es lo más bonito que ha parido madre, ¡VIVA EL BETIS!
