Todos hemos oído la noticia que seguro que muchos no querrían oír nunca.
Como he dicho antes, me inicié en el fútbol en 2010, cuando vi la final de la Copa del Mundo en la que ganó su maravilloso país.
Puede que no me creas, pero Joaquín fue uno de los primeros jugadores a los que empecé a prestar atención constante. Supe de nuestro capitán en 2011, cuando jugaba en el Málaga. Ese año, aparte de Joaquín, recuerdo a Fábregas, El Niño, Higuaín, Ramos (quizá alguno más, pero se me olvida). Cuando supe de Joaquín, no tenía ni idea de que era un pupilo del club del que me enamoraría en unos años para el resto de mi vida.
Sí, se podía esperar que la temporada 2022/23 fuera la última de la carrera de Joaquín seguro, pero yo creía hasta el final que podía hacer algo impensable y seguir en el más alto nivel del fútbol ampliando su contrato por una temporada más. Ahora bien, algunos no vemos nada descabellado que Joaquín, a sus 41 años, sea uno de los mejores del partido contra el Manchester, pero ¿habríais imaginado eso hace 4 años? ¿Y hace 10 años? ¿Habrías hecho una apuesta de sólo 50 euros a que Joaquín jugaría hasta los 42 aunque las cuotas hubieran sido superiores a 100? Muy dudoso, porque hace unos años nadie hubiera pensado que nuestro gran capitán demostraría su arte durante tanto tiempo.
Quizás mi comparación sea inapropiada, pero me tomé la noticia del final de la carrera de Joaquín como la noticia de la muerte de un familiar, porque en ambos casos sabes que te va a pasar en la vida, pero intentas no pensar en ello y negarlo hasta el final. Joaquín es para mí algo más que un capitán. Es el epítome del Betis, el epítome del arte, el epítome de la eternidad, el epítome de la pasión. Incluso los futbolistas más legendarios del planeta prefirieron retirarse antes o marcharse por dinero a una liga exótica, pero él no… Podría haberse hecho multimillonario y entrenar con jugadores de nivel de Tercera en Japón, Arabia Saudí y Estados Unidos, bebiendo cerveza después de partidos aburridos y fáciles, pero prefirió quedarse en su club de origen y hacer esfuerzos inimaginables para seguir siendo un jugador cotizado y útil en un equipo entre los cinco mejores de una de las ligas más fuertes del mundo. En todas las encuestas de los béticos sobre con quién ampliarías tu contrato, Joaquín, Guardado o Bravo, siempre elegí a Joaquín porque no quería acercarme al momento en el que tuviera que darme cuenta de que no estaba ni en el campo ni en el banquillo. Hay un refrán que dice: «Lo que tenemos, no lo guardamos, y cuando perdemos, lloramos». Creo que éste es un buen ejemplo. Los que ahora no se preocupan especialmente por la carrera de Joaquín sentirán su ausencia la próxima temporada. No me gusta lanzar palabras de moda, pero me parece que un jugador con el tipo de pasión, compromiso, carisma, humor y otros epítetos que caracterizan a Joaquín ya no estará por aquí.
Gracias por todo, capitán. Estoy eternamente feliz por haber conseguido su autógrafo después de estar de pie durante horas en las calles de la nevada San Petersburgo, pero muy triste por no haber podido disfrutar nunca de su juego en el Benito Villamarín. Un tipo sencillo de Rusia le desea sinceramente todo lo mejor en cualquier negocio que quiera emprender en el futuro. Espero que a ti, a tu mujer y a tus dos hijas y a todos tus familiares os espere la felicidad y la buena suerte. Te quiero.