La Gambeta, de Alberto Pintado
Hubo una vez un hombre muy sabio. Tan sabio, que hizo del fútbol español lo más grande que había disfrutado nunca el país. Aquel hombre decía que siempre había que «ganar y ganar y ganar y volver a ganar». Luis supo lo que era el Betis. Un equipo real que nunca se consume, aunque los malos vientos traten de llevarlo lejos de donde el corazón verdiblanco late. Porque el Betis, guste o no, siempre serán los béticos. Y partidos como el de hoy hacen ver a todo el mundo que lo más grande que puede uno sentir está impreso en el corazón de cada con trece barras por escudo.
Toca el turno de una nueva posibilidad de hacer historia. El partido más importante de la temporada va a tener lugar en un Benito Villamarín que sigue vacío. Los béticos no están lejos, pero no podrán cantar y gritar los goles de los suyos. Con acciones o sin acciones, el Betis es de los béticos. A mí que no me cuenten milongas. No hace falta atomizar nada ni capitalizar un club grande. La grandeza se divide en dos: en éxitos y en corazón. La primera parte hace tiempo que no está entre nosotros, pero la segunda nunca falla.
Lo cierto es que vivimos inmersos en una dinámica que nos evade de la realidad y nos dirige a la afrenta constante con nuestros propios hermanos. Que si Loren no juega bien, que si Fekir está decepcionando, que si la prensa es muy mala, que si Haro, que si Serra Ferrer. Cuando el Betis pierde —ya hace más de un mes de la última vez y esperemos que así siga— y cuando el Betis gana. El primero es un servidor, no me escondo. Pero lo cierto es que yo trato de hacerlo como una crítica acorde a la realidad. Aun así, es subjetiva y nadie puede evitar valorar según su propio juicio. Pero hoy no debe ser ese día.
Hoy, el Betis es de los béticos. Ha llegado el turno, de nuevo, de los que tienen que sudar sangre verde en el césped de nuestro templo. Hoy vuelve a erizarse nuestra piel cuando veamos a nuestros soldados salir armados al frente para luchar por la victoria. Esta guerra se gana batalla a batalla y tenemos que apoyar a los nuestros como hicimos en aquellas noches de gloria hace más de una década. Porque hoy es día de Copa y debe ser nuestro día.
No dudo que todos estamos nerviosos. No sabemos qué pasará, pero creo que hoy puede ser uno de los días más bonitos de nuestra historia reciente. El Betis siempre ha sentido pasión por la Copa y el Athletic debe tener miedo. Porque el Betis es grande, digan lo que digan. Porque, al final, los béticos llevan al éxito, que estoy convencido de que llegará. Porque la Copa llegó en el Calderón y puede llegar, esta vez, en casa. Porque es nuestra noche. Porque es la noche de Canales, y de Borja y de todos. Porque no hay título más grande que llevarte en mi corazón.