Alegría inmensa la que se vivió el pasado fin de semana en El Arcángel tras el pitido final, con esa épica remontada del Betis Deportivo frente al Córdoba en el descuento de la última jornada de la fase regular del Subgrupo B del Grupo IV de Segunda B, que dio lugar al ascenso del filial bético a Primera RFEF y la posibilidad de seguir optando a una plaza en Segunda División la próxima temporada.
Magnífico el trabajo que viene realizando Manel Ruano junto a su cuerpo técnico, con unos chavales que han pasado en pocos meses de competir en Tercera División a optar a un puesto en el fútbol profesional, demostrando un equilibrio entre defensa y ataque poco común para un filial y que ha permitido al equipo ser uno de los que menos derrotas y goles en contra ha acumulado en esta primer tramo de temporada.
Pero el Betis Deportivo es solo la cúspide de la pirámide que compone la cantera bética en su totalidad y que tiene su inicio en el prebenjamín, pasando por benjamines, alevines, infantiles, cadetes o juveniles. El trabajo desde la base es esencial para el crecimiento de un club que no pueda competir con grandes transatlánticos a la hora de pujar por futbolistas que ya han dado el salto al profesionalismo, pero sí captar ese talento en edades tempranas y que tras cumplir su etapa de formación, puedan llegar algún día a debutar y a desarrollar todo su potencial con el primer equipo.
El Betis en los últimos tiempos está trabajando de forma excelente, bajo la dirección de Miguel Calzado y la supervisión del director general deportivo Antonio Cordón, ambos con una dilatada experiencia en materia de cantera. Nuevos departamentos, mejoras en áreas de formación, de metodología, de captación… Un progreso constante que poco a poco irá dando sus frutos y por el que merece la pena seguir apostando fuerte.
El club debe marcarse el objetivo de ser la referencia en el sur del país en este sentido, e incluso ampliar fronteras a la hora de incorporar a potenciales futbolistas. Que los chicos y sus familias tengan claro que la mejor opción para formarse y crecer tanto personal como deportivamente es el club verdiblanco. Por los valores que inculca y por la recompensa al esfuerzo y al talento, con las puertas siempre abiertas para llegar algún día a cumplir el sueño de ser futbolista profesional.
Para ello, además de los pasos que se están dando, también es muy importante que se retome el proyecto de la nueva Ciudad Deportiva. Un lugar donde se respire Betis y tengan cabida todas los escalafones inferiores del club sin que haya necesidad de llegar a acuerdos con otras instalaciones deportivas externas para que algunos equipos jueguen en ellas por falta de espacio, así como la construcción de una residencia donde puedan alojarse canteranos cuyo núcleo familiar se encuentre lejos de Sevilla.
En etapas de éxito que ha vivido este club a lo largo de su historia, la cantera siempre ha jugado un papel fundamental en todas ellas. Sin ir más lejos, aquella final de Copa en 2005, con más de la mitad de los futbolistas que integraban el once inicial formados en la factoría verdiblanca. Un orgullo para cualquier aficionado bético. Los pasos se están dando y la apuesta por la cantera es una realidad. Toca perpetuarlo en el tiempo.