Una vez alegados los hechos y los argumentos de las partes durante la ya terminada temporada 19/20 para el Real Betis, desde “El Estrado Bético” pasamos a la resolución final. Fácil y previsible parece este veredicto, pues la temporada ha sido cuanto menos productiva. Dos hechos principales se produjeron al final de la pasada campaña.
Uno de ellos la salida del amado y odiado a partes iguales, Quique Setién. El técnico cántabro se despidió del conjunto verdiblanco con la segunda victoria consecutiva en el Bernabéu pero con una racha de 6 victorias en algo más de 30 partidos oficiales. Ya venía crispado el ambiente desde mucho antes, quizás su poca empatía con la grada y la mala racha de resultados fue el desencadenante principal de su marcha.
El otro hecho fundamental fue sin duda la salida del club del por entonces Vicepresidente Deportivo, Lorenzo Serra Ferrer. Con la salida del mallorquín, su posterior rueda de prensa apuntando directamente a José Miguel López Catalán y el tan famoso “7 folios” fueron los factores determinantes para la ruptura de la paz social en el Betis.
Llegamos al “Verano de las Trincheras” pues la afición se dividió en dos bandos (tristemente), los exigentes y los palmeros, acuñados popularmente por amplio sector del beticismo. Poco o nada ayudó la rueda de prensa del “Big Data” donde el presidente y su consejero delegado se afanaron en mostrar al bético las virtudes de la maravillosa herramienta. A la salida de Serra nadie suplió en teoría su puesto, aunque a la postre todos sabemos a ciencia cierta quien tapa esas “carencias” según el propio Ángel Haro.
Nuevo organigrama en la dirección deportiva con Alexis “a la cabeza” y nuevo entrenador, el catalán Rubi. La historia de la temporada del Betis ya es bien sabida por todos ustedes. El equipo ha llegado a la jornada 38 siendo el 15º en la tabla con 60 goles encajados y a 5 puntos del descenso.
Se preguntarán ustedes… ¿Quiénes son los responsables de este despropósito?
Con el objetivo de Europa aunque Alexis se empeñe en lo contrario, sólo puede calificarse la temporada de fracaso estrepitoso, asimismo lo calificó Haro en la presentación del canario como técnico interino hasta el final de temporada. ¿El año que viene es el bueno? Pues oiga, ¡Dios dirá! Pero el beticismo se está convirtiendo en un acto heroico de fe. Un humilde servidor que en estás líneas trata de expresar su veredicto no puede dejar de señalar a los siguientes culpables.
Debo condenar y condeno a:
José Miguel López Catalán, por ineptitud y empecinamiento en el manejo de un área para el que ha quedado meridianamente claro que no tiene ni los conocimientos ni la experiencia necesaria.
Rubi, por escaso rendimiento, no supo en ningún momento cogerle el punto al equipo ni hacerlo competir de manera regular durante algunas jornadas seguidas.
Plantilla, por comodidad y falta de rendimiento, jugadores que no es que no hayan estado al nivel, es que se han dedicado a vivir la vida contemplativa durante la temporada.
Al consejo de administración por inacción, por dejar a un entrenador con el equipo caído durante casi toda la temporada que ni se acercó a los puestos de la tabla que daban derecho a jugar en Europa la temporada que viene.
Debo absolver y absuelvo a la afición, a la más fiel y mil veces ultrajada de España que como he dicho anteriormente, tiene que realizar actos de fe anuales para volver a tener ilusión en el equipo de sus amores.
Aviso a navegantes… ¡El manquepierda no es conformismo, es fidelidad! Pero jamás puede servir de excusa o pretexto para tapar a los mediocres, a esos que no quieren el crecimiento de verdad, el que otorga la clasificación en la jornada 38, esos son los verdaderos culpables del bochornoso año que otra vez, nos ha tocado sufrir.
Buen verano y sean felices… A pesar del Betis.