El pasado sábado asistimos al mejor partido –o uno de los mejores, sin duda- de la temporada del Betis. Qué ironía que ni por esas consiguió ganar. Con la permanencia atada, los de Alexis completaron frente al Atleti un encuentro sólido, con un juego combinativo rápido, con la portería entre ceja y ceja y con arreones incluso de mucha calidad. Faltó lo de casi siempre, el gol a favor, y sobró lo de siempre, el despiste de Bartra –siempre en la foto en los últimos partidos- que permitió a los del Cholo abrir la lata con un tanto de Costa no exento de polémica –no le pidan al VAR anular un tercer gol consecutivo al Atlético de Madrid-.
La pregunta que nos hacemos es: ¿por qué los mismos que plantaron cara y casi se la parten al Atlético en su propio campo se llevan arrastrando toda la temporada por todos los campos de España y hasta el suyo propio? ¿Por qué a William Carvalho le da por hacer su mejor partido de verdiblanco desde el 3-4 del Camp Nou justo cuando a su equipo solo le queda por certificar si quedará el 12 o el 13? ¿Por qué ahora sí y antes no?
Quiero pensar que todo viene por una cuestión psicológica. No es la primera vez que pasa. Equipo X acaba su temporada particular consiguiendo su objetivo –o perdiéndolo-, empieza a jugar sin presión, sin mirar el resultado, y lo hace mejor que nunca. Acuérdense de la guerra que dio el Málaga en el Villamarín en la 2017-18 cuando, ya descendido, le puso las cosas difíciles a un Betis que necesitaba ganar para entrar en Europa. Quiero pensar eso.
Prefiero no pensar qué hubiera pasado si los dieciséis del Metropolitano hubieran querido jugar así toda la temporada -¿dónde estaríamos?-. Prefiero no pensar que la mejoría en el juego se debe a que el inicio del mercado de fichajes se acerca y que más de uno y más de dos están ya pidiendo la cuenta y quisieron mostrar su carta de presentación en un escaparate tan atractivo como un partido contra el Atlético. Prefiero no preguntarme por qué razón los mismos que no hicieron demasiado para impresionar a Rubi, ahora se parten la cara para impresionar a Pellegrini.
Prefiero pensar en lo de la presión. Sí, será eso.
