Un día después, mientras aún permanezco en la capital de España y tras ser consciente del esperpento al que asistí en directo (sólamente el tiempo dará la perspectiva de ser espectador directo de semejante atrocidad contra la justicia), pienso y llego a la conclusión de que los árboles deben dejarnos ver el bosque. Y es que lo fácil es pensar que todo esto es obra de Medina Cantalejo, pero el actual Presidente del CTA lleva apenas un mes en el cargo y el escaso o nulo respeto de la institución arbitral hacia nuestro club es un mal endémico de muchísimos años atrás.
Y siempre hemos permanecido callados, como si hablar empeorase la cosa, como si quejarte fuese a llevarte a un punto aún peor del que hoy de por sí ya estamos con respecto al trato arbitral. El que piense que es una conspiración judeomasónica no tiene que hacer más que consultar las estadísticas, que son números y los números son los que son, que publicó ayer por Twitter el siempre bien recibido por esta casa Fran Martínez y su @LaLigaenDirecto. Pero lo que está claro es que hacer ver que el problema empezó con Medina Cantalejo es engañarnos y focalizar la atención en un punto lejano al que se debería poner.
La pelota está en el tejado de unos dirigentes a los que se la han puesto botando para salir reforzados y con la unidad del beticismo de esta. Protestar por sistema. No dejar pasar media. Hablar públicamente no solo a través de los medios, sino en entrevistas a emisoras a nivel nacional. Sólamente tienen que pedirlo y la hinchada estará ahí para mostrar nuestro descontento día sí y día también en el Villamarín cada vez que tenga que rodar el balón. Y que lleguen donde se atrevan a llegar con nosotros, pero nosotros, juntos y a muerte con los de las botas de tacos y los que manejan el cotarro, si estos, como los primeros, deciden meterse en el fango y hacer la guerra. Que así sea.
Musho Betis.