Se ha consumado. Hoy no se puede decir otra cosa que el Betis no sea suyo y de su socio José Miguel López Catalán. Ante esa tesitura le digo lo que le diría a la cara pero no puedo por la presente. No puedo porque mi número de acciones no me deja asistir, pero gustosamente lo haría.
Señor Ángel Haro, ayer pidió lealtad. ¿No se da cuenta que en los cinco años que está al frente del club ha pedido más que dado a los béticos? Le enumero:
- Pidió usted nuestra confianza y sin pensarlo, sin conocer absolutamente nada de usted se la dimos. Esa confianza que no se ha devuelto en ningún momento. Prometieron bajar el número de acciones para asistir a la junta a 5 y no lo han cumplido, prometieron homogeneizar el accionariado y no lo ha hecho, o no como usted lo ha vendido.
- Pide unidad, pero su concepto de unidad es un tanto autoritario. La unidad en el Betis es el abrazo en el gol, el grito en la injusticia arbitral, la lágrima en la decepción. Pide unidad a boca llena y permite que Antonio Cordón (que no sé qué hacía en esa junta) nos falte a los béticos. No porque nadie le haya dicho una cosa u otra sino que por juntarse con su cuerda ha oído eso de que hay béticos que quieren que pierda el club. No, mi muy señor mío. Haga examen de conciencia. Respire y mire que todo el enfado y malestar del beticismo es porque el equipo no gana lo que debería y esa es una realidad tan dolorosa como fácilmente demostrable.
- Lo último que pidió es lealtad y, aquí es donde realmente pienso, Ángel, que ha perdido todo contacto con el suelo y su ego no le impide ver y entender lo que realmente dice. La lealtad es un sentimiento, Ángel, y no se puede pedir. La lealtad se gana, en el fútbol, a base de ganar, ganar, ganar y ganar. Somos, y nuestra historia así lo demuestra, la afición más leal del mundo, que incluso vitoreaba y tenía cánticos para un tirano y delincuente que, durante un tiempo, cumplió en el terreno de juego (no así en lo económico).
Lo que está pidiendo no es unión, es subordinación. Si de verdad quiere unión, piense que los que no lo queremos a usted y a su socio, no tenemos nada personal contra usted. Simplemente, como aquel día de hace cinco años decidimos ayudarlo a hacerse con el Betis porque pensábamos que eran los necesarios para la evolución, ahora pensamos lo contrario. Por el bien del Betis. Y por ganar. Déjese de conspiraciones judeomasónicas y rodéese de gente que, en esta época, no le regale el oído porque razones no tienen para ello. Lo único a lo que se podían agarrar sus defensores ya, ni eso, porque de gestión magnífica, realmente poco.
Reflexione y bájese de ese trono de ego que no le deja ver lo que está pasando, pero sobre todo, antes de volver a intentar pedir algo más al bético, dé usted. Háganos ese favor. Hágase ese favor.