El inicio de liga del conjunto de Vicente Moreno ha sido un tanto extraño, e incluso se podría afirmar que ha sumado menos de lo merecido por juego y sensaciones. Frente al Atlético perdió en el último suspiro, compitió muy bien en El Sadar y en casa frente al Villarreal y sí dejó más dudas en Son Moix. Desde el 4-4-2 o el 4-2-3-1, es un equipo con muy buen trato de la pelota y que disfruta de sus posesiones.
En fase ofensiva es un equipo con varios recursos: es aseado en salida de balón, Sergi Darder organizando puede dominar partidos desde su técnica con la pelota y posee jugadores muy profundos de gran recorrido físico. Es capaz de producir ofensivamente desde el ataque posicional generando superioridades por fuera, donde tiene dos extremos verticales y dos laterales con mucha facilidad para proyectarse. A esta superioridad por fuera se le suma la amenaza que supone RDT en el área. Un cazador nato. Y no solo desde el ataque posicional, sino que en transición también es capaz de generar buenas situaciones con Sergi Darder lanzando, Aleix Vidal y Embarba a campo abierto, Pedrosa y Óscar Gil proyectándose… es un equipo que, si lo decide, es muy vertical y con grandes amenazas al espacio.
Sin el balón no es un bloque realmente agresivo. No propone presiones arriesgadas ni pretende, a priori, incomodar la salida de balón de su rival. Junta sus líneas y sitúa un bloque medio con la intención de defender en pocos metros y no estirarse en demasía. Por esto mismo es un equipo que, a pesar de tener un buen trato de la posesión, no la posee constantemente.
La decisión de Vicente Moreno de situar un bloque alto y presionar de forma agresiva o, por lo contrario, juntar líneas y defender en bloque medio puede marcar la diferencia en el devenir en el partido. Los de Pellegrini sufren cuando le presionan y es una faceta del juego que aún no ha demostrado dominar con soltura.