Tras el empate en el último suspiro frente al RCD Espanyol, el Real Betis visitaba El Sadar en busca de volver a la senda de la victoria en LaLiga. Para ello, Pellegrini partía con Kike Hermoso y Edgar en la pareja de centrales, Guido junto a Guardado, Ruibal con Canales en los costados y Nabil Fekir por detrás de Borja Iglesias.
Al inicio de ambas partes, el conjunto verdiblanco tiene dificultades. Osasuna impone su ritmo, encuentra jugar por fuera y centra con asiduidad. Pese a esto, el equipo de Pellegrini logra, en el primer tiempo, asentarse en el campo mediante el gol -y la confianza que otorga- y el buen trato del balón. Un equipo muy valiente y con la intención de arriesgar en El Sadar. Desde la salida de tres con Guardado retrasado, el Betis encontraba tres fórmulas para romper líneas: el pase a Nabil Fekir, que desde el talento individual plantaba al equipo en área contraria, los apoyos de un Borja Iglesias que estuvo muy bien y el desplazamiento largo en diagonal de Guardado sobre Ruibal, que esperaba muy abierto en el extremo derecho. Un equipo muy vertical e incisivo al espacio, pero con poco acierto arriba.
Pese a este buen primer asalto, un error de Canales le cuesta a los de Pellegrini el empate. En la segunda mitad, un partido más igualado: ida y vuelta, sin centro del campo, ausente de control… aún así, ninguno de los dos equipos se impusieron en las áreas rivales pese a las facilidades del oponente para llegar a las mismas. Un Betis incisivo al espacio y un conjunto navarro que generaba peligro con cada centro lateral. No obstante, Kike Hermoso y Edgar cuajaron una completa actuación con la inestimable ayuda de un Guido Rodríguez espectacular. Con el enfrentamiento roto, con los verdiblancos, a priori, bastante lejos de la victoria, una jugada aislada en la que Montoya está fuerte en el duelo y bien en la ejecución para encontrar a Juanmi sitúan el 1-2 en el luminoso. Un contragolpe comandado por William Carvalho y rematado por Willian José con Osasuna volcado cerró el partido.
El conjunto verdiblanco compitió pese a las bajas y cuajó un buen partido en todas las facetas. Además, fue muy puntual en sus goles, que llegaron cuando el equipo estaba más lejos del área rival y, a priori, más lejos de la victoria.