El Real Betis se cayó del andamio, pero con arnés y casco. La visita a La Cerámica, más que un borrón y cuenta nueva, fue un golpe de realidad para los de Manuel Pellegrini. Cuando todo, juego y resultados, iba rodado para el conjunto de las trece barras, los de Unai Emery bajaron de la nube a la cuadrilla bética. El Ingeniero ya ha demostrado que su Plan 2.0 es muy bueno. No obstante, hasta los mejores planes tienen resquicios por los que se cuelan los errores. Es por eso que, subrayador amarillo en mano, los obreros del Villarreal destacaron línea por línea los puntos a corregir en la construcción verdiblanca. Más que sacarle los colores, que en más de un tramo del partido así fue, el vigente campeón de la Europa League dio un repaso táctico al Real Betis. «Construye por allí, de aquí no te pasaes y sigue por allá», básicamente. Eso sí, las correcciones que más trabajo implican son las que más ayudan a mejorar, y es que tras lo ocurrido en Villarreal el Plan solo puede ir a mejor.
Y si mejora el Plan, mejoran quienes lo desarrollan. El equipo de trabajo de Manuel Pellegrini está más que cualificado para acometer la obra planeada por el Ingeniero, pero no todos los días se cimenta igual. El partido del cuadro bético estuvo plagado de errores tanto grupales como individuales, pero es que ni antes los miembros del plantel bético eran tan buenos ni ahora son tan malos. Héctor Bellerín erró en ambos goles de Arnaut Danjuma, especialmente en el primero; Aitor Ruibal apenas entró en contacto con el balón y cuando lo hizo fue sin acierto, y Rui Silva sigue sin transmitir la seguridad bajo palos que se le vio en Granada. Pero es que hay a quienes ya se le ha olvidado que antes Juanmi no marcaba, Nabil Fekir no era regular, y Edgar González tenía pie y medio fuera del primer equipo por su inexperiencia en Primera División. Si algo han demostrado la gran mayoría de obreros del Ingeniero es que aprenden de los errores.
El Real Betis se repondrá del repaso físico y futbolístico de La Cerámica como ya se repuso del naufragio de Getafe y la goleada de San Mamés. Ya ha habido equipos que, tanto por juego como por intensidad, han pasado por encima del conjunto bético. Si por algo se había caracterizado el equipo de Manuel Pellegrini desde que el Plan caló en la cuadrilla era por la capacidad de rendir y competir en todos y cada uno de los partidos. Y eso tendrá que recuperar cuando vuelvan del parón por selecciones. Desde que se puso en marcha el Plan 2.0 del técnico chileno, el Real Betis había tenido días buenos y días mejores, pero pocos días malos. Reconocerlo, estudiar los problemas, localizarlos en la infraestructura y empezar desde la primera hora de la siguiente jornada de trabajo a solucionarlos será el primero de los pases para que la de Villarreal no sea más que un pequeño contratiempo en la construcción verdiblanca.