Justo reparto de puntos en el Benito Villamarín en un bonito y competido duelo entre el Real Betis y el Bayer Leverkusen, que firmaron las tablas a la espera de solucionar quién quedará primero de grupo en el partido dentro de dos semanas en Alemania. Borja Iglesias adelantó al Betis de penalti y Andrich, con mucha fortuna, puso el empate. El Leverkusen tuvo las mejores al final del partido.
Partido precioso en el Villamarín. Real Betis y Leverkusen firmaron uno de los mejores partidos que se han visto en Europa en lo que llevamos de competición continental. La igualdad fue la nota dominante, pero la mejor de las noticias es que el Betis de Pellegrini da síntomas de madurar y hacerse grande en este tipo de partidos y ante este tipo de rivales. El Bayer Leverkusen asustaba sobre el papel y asustó sobre el césped. El ritmo alto, la verticalidad y ser un equipo más hecho sirvió para que al Betis le entraran los temblores a las primeras de cambio. Pellegrini puso a Montoya y Joaquín a bailar con la más fea, y Diaby fue un continuo dolor de cabeza para la banda derecha verdiblanca. Es más, el Leverkusen tuvo varias llegadas con mucho peligro demasiado pronto y el Betis sin la pelota solo podía achicar agua y despejar balones.
Pero poco a poco fue sacando la cabeza y las fuerzas se igualaron. Fue ganando en posesión y el partido comenzó a ser otro. Ruibal tuvo una muy clara en un disparo potente de Borja Iglesias desde la frontal que despeja Hradecky y el catalán no acierta a rematar bien y la pelota se va por encima tras golpear en el suelo. Más tarde sería Fekir quién aprovechó una sensacional pared con el Panda para quedarse solo, pero su disparo lo sacó muy bien Frimpong a córner. La mejor de las noticias, sin duda, era ver que el Betis se había sacudido los nervios y los miedos y había comenzado a entrar en el partido. El cero a cero al descanso era más que justo.
Tras la reanudación, dos cambios de Pellegrini que dotaron al Betis de electricidad y ritmo. Alex Moreno y Lainez, junto a una actuación más activa del equipo, pillaron desprevenido a un Leverkusen que por momentos no sabía dónde estaba. Las desconexiones defensivas de los de Seoane eran ahora el peor enemigo del rival y poco o nada se pudo ver de ese peligro por bandas y en contragolpes. Lainez fue un dolor de cabeza, y junto a Fekir, piezas clave para desatascar la defensa bávara. Más una intensa presión alta y recuperación tras pérdida que anuló completamente al Leverkusen.
Pero no llegaban las ocasiones y la gasolina comenzó a escasear. Pellegrini sacó del campo a Fekir y Ruibal por Canales y Juanmi, y el equipo lo notó. El Leverkusen volvía a tener más la pelota y ahora era el Betis el que volvía a alejarse del área rival. Pero las igualdades se contrarrestan con acciones individuales y momentos puntuales. Una falta botada desde el lateral lo corta Frimpong con el brazo, y tuvo que ser el VAR el que avisara al colegiado polaco de que había infracción. Le costó, pero lo pitó. Y Borja Iglesias no falló. Se adelantaba el Betis con cierta justicia, pues había llegado a la segunda parte con muchas más intenciones que su rival.
Pero el Leverkusen se encontraría con demasiada fortuna demasiado pronto. En un disparo de Andrich desde la frontal que se marcha desviado, toca en la rodilla de William Carvalho, le cambia la trayectoria a Bravo y acaba entrado con suspense tras tocar el chileno con la manopla. Demasiado premio para el Leverkusen, pero las igualdades se contrarrestan con momentos puntuales y acciones individuales contras las que poco se puede hacer.
El Betis, para su desgracia, notó el golpe y le costó volver a asomarse por el área rival. Diez minutos por delante, entraron Shick y Wirtz y tocó sufrir. El partido terminó en área del Betis, fundido, sobreviviendo ante el ritmo y el físico alemán, y solo por la clara ocasión final de Demirbai tras un error garrafal vale oro el empate.
El Betis de Pellegrini firmó un excelente partido ante todo un Bayer Leverkusen que no va tercero en la Bundesliga de casualidad. Partido que deja todo visto para sentencia de cara al segundo enfrentamiento, entonces en Alemania. Con partidos y actuaciones así se crece y madura un equipo. El punto es lo de menos, queda mucha fase de grupos, pero queda claro que el plan de Pellegrini es hacer del Betis un equipo grande en partidos grandes.