Tras la victoria en Mendizorroza, el Betis de Pellegrini buscaba situarse primero de su grupo en la Europa League venciendo al Bayer Leverkusen. Los de Pellegrini, con varias rotaciones, partían con Bravo; Miranda, Edgar, Pezzella, Montoya; Guido, Carvalho; Joaquín, Fekir, Ruibal; Borja Iglesias.
El enfrentamiento, que tuvo varios tramos, comenzó con un gran dominio por parte de los germanos. El conjunto alemán dominaba el partido mediante la posesión, encontraba a Diaby a la espalda y generaba situaciones de peligro con gran facilidad. Claudio Bravo es quien sostuvo al equipo en estos minutos de sufrimiento con paradas de muchísimo mérito. Pese a estos diez primeros minutos en los que es inferior, el Betis logra recomponerse y encontrarse más cómodo mediante la posesión. Jugando sobre Borja Iglesias y haciéndose fuerte en el centro del campo ganando segundas jugadas, lograba plantarse en área contraria y generar buenas situaciones de peligro.
Los de Pellegrini comienzan siendo inferiores, se recomponen y lo consiguen igualar durante el primer tiempo, pero en la segunda parte, sobre todo al inicio de la misma, sí es muy superior a su rival. Lainez y Álex ofrecieron un ritmo mucho más alto y supusieron una amenaza por las bandas: desbordando, centrando y permitiendo al equipo llegar al área. Asimismo, los verdiblancos presionaron muy bien en el segundo asalto con Guido y Carvalho permutando para saltar sobre los pivotes rivales (Demirbay–Andrich) y mantener al bloque sólido. Gracias a esta buena presión, el Betis lograba vivir durante largos tramos en campo contrario.
Al final del enfrentamiento, y tras ambos goles, un Betis realmente cansado dependió de Claudio Bravo en el descuento para resistir y lograr sacar un merecido empate tras cuajar un partido muy completo. Los de Pellegrini se recompusieron de un mal inicio, compitieron a un nivel altísimo frente a un duro rival y estuvieron a la altura de un partido que sometió a ambos equipos a un ritmo muy alto y a un gran desgaste físico.