El material alemán es duro de trabajar, roer y vencer. El ritmo con el que se juega en Alemania (y en el Europa) poco tiene que ver con LaLiga española. Al Real Betis no es que le cogiera de imprevisto, ya que muchos sabían de la capacidad (sobre todo ofensiva) de los pupilos de Gerardo Seoane, pero un mal, por muy mal que venga, siempre es complicado de asimilar. El club de la aspirina exportó lo mejor de su cosecha sobre el verde del Benito Villamarín y demostró a la cuadrilla verdiblanca que, para conseguir que el Plan del Ingeniero fructifique en Europa, va a tener que sudar sangre, sudor y lágrimas. Voluble y volátil: el Bayern Leverkusen demostró ser un equipo férreo en defensa a la vez que explosivo en ataque. Muy explosivo. De ahí que los pupilos del Ingeniero no se sintiera cómodos casi en ningún momento del encuentro. Lo dicho, casi.
Sufrió del primer minuto hasta el último. La salida al campo de los alemanes fue peor (o igual) que sus últimos minutos. A lo mejor no tan determinante como la del Celtic de Glasgow, pero casi más asfixiante. De buenas a primeras, los obreros verdiblancos de Manuel Pellegrini se encontraron demasiado trabajo en las primeras horas del turno. Mucho que asfaltar y demasiado poco tiempo para construir. Entre la banda derecha y la izquierda, al técnico chileno del conjunto bético se le traspapelaron los planos, con la suerte de que los encontró a tiempo. El cuadro de las trece barras no hizo un mal partido, ni mucho menos. Es más, el Real Betis pudo llevarse, y merecidamente, los tres puntos de la tercera jornada europea. Pero que al término del encuentro se llevara a la saca un punto fue un indicativo de que algo había salido bien.
Y es que los heliopolitanos rindieron desde el primer jugador hasta el último. La base del trabajo en equipo es que se esfuercen todos por igual. En los días que más cuesta sacar el trabajo adelante –y el del Bayer Leverkusen es uno de los partidos más duros que ha afrontado el Real Betis en lo que va de temporada–, es vital que todo el mundo ponga de su parte. En el caso de los verdiblancos, Claudio Bravo y Borja Iglesias terminaron como dos de los jugadores más destacados del encuentro. Portero y delantero, entre paradas (o paradones) y gol, dieron un punto al Real Betis. En los trabajos siempre hay quienes destacan por encima del resto. La cuadrilla de Manuel Pellegrini está acostumbrada a, en la mayoría de días de trabajos, rendir por igual, y contra los de Leverkusen no hubo excepción. William Carvalho, Edgar González, Guido Rodríguez. El rendimiento fue superlativo, pero hay quienes marcaron la diferencia.