La Contracrónica del Real Betis-Rayo Vallecano (2021/2022)
Por Pablo Montaño
Bien está lo que bien acaba, sí. Pero cuantísimo hace sufrir este equipo a los suyos de una manera, para muchos, completamente innecesaria. La primera media hora no fue del todo desconocida para el equipo de Manuel Pellegrini, ya que esta misma temporada ha demostrado ser un equipo capaz de dar auténticos recitales de buen fútbol. Sin embargo, el desenlace del partido, o más bien el transcurso del mismo, sí que resultó más familiar (que no más positivo) a la parroquia verdiblanca. Todo iba sobre ruedas para la cuadrilla del Ingeniero, hasta que un rayo sacudió el sistema operativo del Real Betis y provocó un apagón en las oficinas del técnico chileno que apunto estuvo de arruinar toda la jornada laboral del cuadro de las trece barras. Un cortocircuito muy habitual en la historia de este club que, aún así, pudo impedir que el Plan 2.0 de Manuel Pellegrini siguiera adelante.
Si un rayo fundió los plomos del cuadro bético cuando mejor marchaba la tarde en el Benito Villamarín, otro rayo (o ex rayista) le devolvió la energía a los obreros del Ingeniero. Álex Moreno, con permiso de Guido Rodríguez, fue el mejor futbolista verdiblanco del encuentro, pero apuntaba estuvo de ser al mismo tiempo el peor. Que el ex jugador del Rayo Vallecano haya empezado mejor la temporada que Juan Miranda (hasta el punto de arrebatarle la titularidad) era un hecho el cual se preocupó de evidenciar con un auténtico misil. Si bien eran muchos los que veían necesaria una renovación entre los obreros de Manuel Pellegrini a la hora de hablar de Álex Moreno, el catalán está demostrando a base de rendimiento y trabajo que se equivocaban. Centrar sigue sin ser lo suyo, pero todo sea eso mientras corra la banda y desequilibre en ataque tan bien como está demostrando que es capaz, también, de defender.
El rayo «cortocircuitador» que provocó un parón en el rendimiento de los obreros verdiblancos, que por momentos parecieron entregarle la misma maquinaria que tan bien les había hecho rendir a sus rivales, también apagó la luz de la grada. Si algo ha conseguido Manuel Pellegrini con sus planes, incluso por encima de crear un espíritu competitivo y mentalidad ganadora a todos y cada uno de sus pupilos, es que el beticismo se enganche nuevamente con su equipo. Es por eso que, tal y como se vio reflejado ante el conjunto vallecano en las gradas del Benito Villamarín, el ánimo del bético está más ligado que nunca al del propio Real Betis. Tanto que si el conjunto heliopolitano se ‘desenchufa’, este se lleva consigo la energía de la parroquia bética. ¿Qué transeúnte se va a acercar a las vallas de la obra si no hay ninguna luz que permita ver lo que ocurre dentro? Por suerte, y por muchas veces que la propia cuadrilla bética haga saltar los plomos, los piropos se vuelven a escuchar detrás de las vallas.