Plan XVI: Piezas de difícil encaje

Llámalo hurácan, llámalo seísmo o llámalo Bayer Leverkusen, pero toda la infraestructura que tenía el Real Betis preparada para enderezar la ruta europea del Plan 2.0 se vino abajo de manera catastrófica. Todos los integrantes de la cuadrilla verdiblanco están sanos y salvos, pero de milagro. La del Bay Arena ha sido la primera gran derrota del nuevo plan de Manuel Pellegrini. Un enorme «guantazo» de realidad. Porque sí, el conjunto de las trece barras perdió ante el Real Madrid, cayó en La Cerámica e incluso fue goleado goleado tan solo unos días atrás por el Atlético de Madrid, pero para revivir la sensación de agobio, inferioridad y superación sufrida ante el cuadro de Gerardo Seoane hay que remontarse a partidos del curso pasado. Era de prever que la cuarta jornada laboral de los obreros del Ingeniero en Europa sería complicada, pero es que donde golpeó de lleno el mazo fue sobre los propios trabajadores del conjunto bético.

Si una característica había destacado por encima de las demás en Heliópolis durante el inicio de curso ha sido la regularidad. Pero no la del Real Betis en sí, que también, sino la de todos y cada uno de los jugadores que lo componen. Daba igual quien tuviese turno de trabajo en las obras del Plan 2.0, que la maquinaria verdiblanca seguía funcionando de la misma manera. Todo iba rodado en la Palmera, hasta que llegó la ingeniería alemana. Y es que, como se vio sobre el césped del Bay Arena, ya no todas las piezas del engranaje verdiblanco encajan igual. No es que Álex Moreno esté rindiendo mejor que Juan Miranda, es que el canterano tiene un verdadero problema defensivo a sus espaldas. No es que Joaquín no esté para disputar 60 minutos, es que más allá de la sobresaliente actuación contra el Deportivo Alavés no aporta. No es que Aitor Ruibal haya perdido importancia tras su buen hacer el curso pasado, es que esta temporada escasea hasta el sacrificio defensivo que tanto bien le hizo al Plan 1.0 del Ingeniero.

Menos mal que Guido Rodríguez y Nabil Fekir encajan en el engranaje, sea cual sea la pieza que tengan a su lado. El Bayer Leverkusen pasó por encima de los verdiblancos cual apisonadora, pero aún así argentino y francés tuvieron tiempo para «brillar». Incluso en los peores días hay quienes no se dejan llevar por el escaso rendimiento de sus compañeros y, desde un plano más individualista que grupal, sí que sacan adelante su tarea. Más de 4 habrían sido los goles que terminó recibiendo el Real Betis sin Guido sobre el terreno de juego y menos de 15 los tiros que habrían efectuado los de las trece barras si Fekir no lo hubiese intentado durante 91 minutos que estuvo sobre el terreno de juego. En el primer gran mal día del Plan 2.0, en el cual la cuadrilla verdiblanca dejó sin entregar el trabajo encomendado, si al Real Betis le sobraron 90 minutos, Nabil Fekir se excedió (en todos los sentidos) en 1′.