Plan XVIII: ‘Magic’ Pellegrini

La misma prisa, o más, que se dio Fernando Alonso subido en su monoplazo para terminar en tercera posición el Gran Premio de Qatar es la que tuvieron los jugadores del Real Betis para llevarse los tres puntos del Martínez Valero. De vuelta de las «vacaciones» obligadas que suponen los parones de selecciones para la mayoría de obreros del Ingeniero, de los cuales el cuadro bético siempre volvió con victoria este curso, la relevancia del desplazamiento a Elche cobraba especial importancia en el Plan 2.0 de Manuel Pellegrini. Era lógica, y es que poco (o nada positivo) se pudo rescatar de los últimos tres encuentros disputados por el conjunto de las trece barras antes del tercer impás del curso. A pesar de que el cuadro de Heliópolis se propone casi cada fin de semana demostrarle a la parroquia bética el por qué de su relación de amor-odio, tanto las sensaciones como el juego desplegado por el Real Betis, especialmente en la primera mitad, fueron el fiel reflejo de que, a pesar de Atlético de Madrid, Bayer Leverkusen y Sevilla FC, nada ha cambiado.

Nadie se presentó a las oficinas verdiblancas durante la primera semana de noviembre. La incomparecencia del derbi sevillano fue precedida por el pavor bético de ponerse a trabajar, ante colchoneros y germanos, con la artillería pesada. Cuando llegan los peores días de trabajo, o sino los peores aquellos en los que más se necesita dar un paso adelante, más en falta se echa a los peones de Manuel Pellegrini. Pero, para bien y para mal, los pupilos del Ingeniero se encontraron planos y herramientas en el lugar exacto donde los habían dejado… tras el partido contra el Valencia CF. Tras la semana negra del Real Betis, quizás la más negra (por rivales y sensaciones) desde que el técnico chileno se puso al frente del barco, el conjunto de las trece barras se reseteó para volver a ser el equipo que tan bien puede y sabe jugar al fútbol. Es por eso mismo que, tras media hora de vendaval verdiblanco (que no franjiverde), el beticismo se preguntó: ¿Dónde estuviste hace tres semanas, Real Betis?

Con la victoria volvió la competitividad, con la competitividad las buenas actuaciones y, con estas, las reivindicaciones. Algunos lo hicieron durante la (rápida) consecución de los tres puntos y otros durante la (sufrida) retención de los mismos, pero hubo varios de los jugadores menos habituados a brillar que quisieron dejar su sello en la destitución de Fran Escribà, la segunda de la temporada que lleva la firma del Real Betis. Si había dos jugadores que necesitaban una jornada laboral como la de Elche, esos eran Paul Akouokou y Rui Silva. Uno, por su ostracismo; otro, por las dudas. Ambos son dos peones del agrado del Ingeniero, pero desde que el Plan 2.0 echó a rodar no habían ni participado ni rendido como se esperaba. El canterano no fue Guido Rodríguez, porque eso también es mucho pedir, pero sí cumplió con lo exigido. En cuanto al guardameta luso, a él hay que agradecerle que el conjunto bético sufriera menos de lo que al final sufrió. Mención aparte merece Juan Miguel Jiménez, porque el del Martínez Valero fue otro día en la oficina para ‘O Rei’.