La situación del FC Barcelona es crítica. Y no solo a nivel de club, donde tiene serios problemas económicos, sino a nivel de equipo. Con Koeman el equipo encadenó unos resultados muy negativos que le sitúan actualmente séptimos en liga e inmersos en una delicada situación en la Champions League.
Tras la llegada de Xavi Hernández, lo cierto es que se han visto ciertas mejoras en el juego: ha presionado tras pérdida mucho mejor, se ha organizado muy bien mediante la posesión del balón y ha cuajado muy buenos tramos de juego. Aún así, continúa siendo un equipo en crecimiento y con dificultades en varias fases del juego. En fase ofensiva es un conjunto que arriesga en salida de balón con la intención de progresar mediante la pelota hasta campo contrario. A nivel posicional sitúa a los carrileros en amplitud y con el paso de los partidos hemos observado más automatismos en los interiores para ocupar diferentes alturas. Sin balón sí tiene más dificultades.
Tras pérdida lo cierto es que ha cuajado muy buenos tramos, pero yendo a presionar la salida del rival se ha partido por la mitad con demasiada sencillez y le ha costado transitar. Además, en área propia ha mostrado ser realmente débil. En este aspecto, Ter Stegen tampoco no está a buen nivel.
El FC Barcelona está creciendo, mejorando en ciertas fases del juego, pero sigue lejísimos del nivel que se le presupone a un club de estas dimensiones. Xavi está cuajando un buen trabajo, pero a corto plazo la sensación es que lo va a tener realmente complicado.